Llama mucho la atención, que según se van viendo carteles de ferias, Valencia, Castellón, Sevilla, Madrid… en ninguna de ellas aparece el nombre de Juan del Álamo. No es por nada, pero me parece un torero que merece otro trato. No es “Gitanillo de Triana”, pero su carrera es más que digna y con triunfos importantes, para que sea tratado de otra manera. Con el hemos estado y charlado de su situación actual.
Buenas tardes Juan; lo primero ¿Cómo está?
Bueno pues la verdad que muy bien, en lo personal. Contrariado en el tema profesional porque pienso que no se está haciendo justicia conmigo. La verdad es que si tengo un poco de rabia o ganas de revelarme.
¿Porque cree usted que le toca vivir este momento?
Bueno pues yo… Me gusta ser sincero y el peaje que estoy pagando viene de atrás. Viene de atrás porque, yo soy un torero que me he dado a respetar siempre, mi dignidad ha sido lo primero, y si a eso le sumamos que cuando estaba en las ferias y cortaba las orejas, eso molestaba mucho. Y todo esto te hace llegar a la conclusión de que esto merece la pena si o si, toreando en las ferias y en las plazas grandes, porque los pueblos están quemados al máximo. De ello para muestra un botón. El año pasado yo he toreado cuatro corridas de toros y algún festival, pero no porque no me llamasen a más, si no por lo que te he dicho antes, que ante todo mi dignidad. Yo cuando hablo, hablo conforme a la realidad que estamos viviendo, el toreo se está empobreciendo, y por el solo. A los toreros, los que tengan fondo, hay que seguirlos, hay que esperarlos, buscarlos incluso en los tentaderos, porque cuando llegue el momento que uno de los de arriba se pegue la bofetada por el motivo que sea, el que está esperando está deseando morder. Ese es el momento en el que yo me encuentro. En lo personal como te digo estoy feliz, pero en lo profesional estoy molesto porque me ha tocado aguantar alguna bofetada que no me pertenecía. Ahora que te digo una cosa, yo tengo la misma ilusión y preparación como si tuviera veinte tardes. Eso no ha cambiado.
¿Le ha llegado a ofrecer honorarios indignos por torear?
El año pasado bastantes. Si. Pero claro, lógicamente nunca ha sido mi sitio ni lo va a ser. Pero la verdad, no es que te desilusiones, pero si te desanimas un poco. Que llegue el empresario de turno y te ofrezca poco más que una miseria, le digas que no y luego ves anunciado a otro compañero… pues hombre, que quieres que te diga. Los toreros antes que toreros somos personas, y las heridas duelen como a todo el mundo. Y yo he recibido una cornada que me ha dolido mucho, al no verme a cartelado donde me lo he ganado, que son tres tardes, una en Salamanca, otra en Ciudad Rodrigo y otra en Madrid. Creo que en estos tres sitios no me han hecho justicia. Yo sé que tengo esa cosilla en el cuerpo, que se cómo lo voy a arreglar. Sigo sintiéndome torero y sigo metido en la profesión.
La maldita pandemia ha hecho mucho daño a la profesión; pero hay toreros como usted que los ha frenado en seco.
Si, cierto es. A ver yo tuve la oportunidad de arreglarlo en Madrid, la tarde de Vistalegre… Pero bueno es difícil, después de tanto tiempo sin torear, haciendo poquito campo, pues es difícil estar a la altura de una corrida como la de Adolfo, y lo estuve, que lo estuve, pero no pude triunfar, que era lo que realmente necesitaba. Entonces a partir de esa tarde, me he acordado del covid más que nunca… comenzaban a abrirse plazas, hacerse cosas y me veía fuera. Y aparte el quererme contratar por debajo de lo estipulado, pues me ha hecho sentirme dolido con algo que no me pertenece.
De las tres tardes que dice usted que le han dolido, en Salamanca pudo entrar sustituyendo a un compañero.
Pues yo creo que sí, y de primeras también. Porque si nos ponemos a ver los méritos en La Glorieta de los toreros salmantinos, pues que quiere que le diga, creo que estoy entre los dos primeros, por no decirle el primero. Entonces esto a mí me hace que pensar muchas cosas. Yo quiero lo mejor para todo, para mi compañero Antonio Barrera y para todos, pero yo creo que no se me ha hecho justicia.
Para Madrid, ¿puede existir la baza de la sustitución?
Hombre pues no lo sé si seré afortunado. También por una desgracia de un compañero nunca te gusta entrar en un cartel. Pero si es la única vía, pues yo estoy preparado, y si llega el momento intentare aprovecharlo. Una tarde en Madrid tienen que acompañar muchos factores, y hablar por hablar… A mí me gusta cuando salga el toro, vamos a hablar.
¿Cómo es ahora su preparación?
Yo ahora ando un poco limitado al tener un metacarpiano fracturado de la mano derecha, pero hago lo que puedo. Mis carreras no me faltan, cojo la muleta con la izquierda y me pego mis naturales… sigo con la preparación, hombre con limitaciones, pero no lo dejo. Estoy hecho un titán, estoy fuerte y con mucha rabia acumulada que voy a ser capar de canalizar a la perfección para cuando me vea anunciado salir a cara de perro para triunfar.
¿Es usted consiente que cuando aparezca Juan del Álamo en un cartel va a tener mil ojos encima?
Que estén. Eso es bueno. Siempre me ha gustado que hablen, para bien y para mal, pero que hablen de uno es bueno.
Sigue siendo el mismo. Un chico despierto, educado y amable. Sigue riéndose, aunque ahora tenga pocos motivos para las risas. Sigue dejando asomar ese torero de raza, de valor y de capacidad. Se sigue viendo al chico que se quiere hacer un hueco en el mudo del toro, que tiene valor y una afición desmedida. Deja entrever, ese dolor que siente, o mejor dicho, esa rabia que siente al verse en esta situación, pero enseguida cambia el gesto porque es consciente de tener la fórmula para dar la vuelta a la tortilla. Y aquí estaremos nosotros para volver a tocarle las palmas.
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