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miércoles, 16 de agosto de 2017

SIN ACEROS EN LA PRIMERA DE GUIJUELO


ALAMO Y MARCOS PASEAN UN TROFEO CADA UNO.



Tarde sin aceros o con ellos mal afilados. Este podía ser el resumen de lo vivido ayer en Guijuelo en una tarde en la que la terna fallo con los aceros y perdieron la puerta grande.



Plaza de toros de Guijuelo con lleno aparente en tarde soleada y calurosa. Primera de abono. toros de la ganadería salmantina de "El Pilar", desiguales de presentación con mucho volumen y kilos y escasa presencia por delante. De buen juego en líneas generales, destacando la clase y profundidad del 4º y la mala condición del 6º.
Javier Castaño de azul marino y oro; pinchazo y estocada, saludos. Pinchazo al encuentro, estocada y cinco descabellos; ovación.
Juan del Álamo de azul marino y oro; media caída, oreja. Media y descabello, ovación.
Alejandro Marcos de pistacho y oro; pinchazo y estocada; oreja. Cinco pinchazos, estocada y un puñado de descabellos, palmas tras aviso.






Castaño se enfrento en primer lugar a un toro con poca codicia y trasmisión. Trasteo con oficio. Su segundo, el mejor de la tarde permitió ver a un Javier Castaño templado y con gusto. Administro a la perfección la nobleza y clase del animal en una faena entregada y sin alharacas. La espada se encargo de esfumar el triunfo conseguido con las telas.




 
Juan del Álamo llegaba a Guijuelo con la racha del éxito y desde el primer momento aposto por la tarde. Entregado y bullidor en su primero, que quería guerra y pedía papeles, con el que Álamo se entrego sin llegar a acoplarse. Con su segundo de embestida mas pastueña, puso temple en la muleta intentando alargar el viaje del animal. Faena larga que termino con el fallo a espadas.



Alejandro Marcos, el más nuevo de la terna, sorprendió al público asistente con un toreo de gusto, clase, armónico y en ocasiones arrebatado. Con su primero, un toro bravo de "El Pilar" compuso una faena de gusto, temple y medida. Con su segundo, el de peor condición del encierro, no volvió la cara y le enjareto media docena de naturales con un gusto exquisito y de gran calado en el tendido. Lo peor vino con los aceros.
Tarde entretenida en la que los tres salmantinos, en distintos momentos en sus carreras y con distintas armas para defenderlas, mostraron sus bazas ante el público asistente que disfruto y comprobó que Castaño cuando no tiene "la alimaña" enfrente sabe torear con gusto. Que del Álamo va a revienta calderas y buscando el triunfo cada vez que se viste de torero. Y que Alejandro Marcos, con el cascaron pegado al culo, tiene un gusto, una clase y un concepto que a poco que la suerte le acompañe, va a dar que hablar, y mucho.