CELEBRARÁ LOS CINCUENTA AÑOS DE MATADOR DE TOROS VESTIDO DE TORERO
Se venían oyendo rumores y se veían movimientos en el entorno del maestro que hacían presagiar algo, pero hoy por fin se ha hecho público. Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de La Capea” va a volver a vestirse de luces en público.
La localidad salmantina de Guijuelo es la elegida para tan importante cita. Será el próximo 19 de junio, fecha en la que se cumplen cincuenta años que se doctoró en la plaza de toros de Bilbao. En el cartel tan especial lo acompañaran Miguel Ángel Perera y Pedro Gutiérrez “El Capea” para estoquear una corrida de toros propiedad del maestro.
Este pasado invierno ya nos llegaban imágenes de video del maestro, toreando en varias fincas y estoqueando varios toros a puerta cerrada. Su intención era que, si se encontraba bien, que lo está, le gustaría celebrar tan magnifica efeméride, toreando vestido de luces en público.
Recuerdo perfectamente el día de su retirada de los ruedos en la plaza de toros de La Glorieta, la emoción con la que viví esa clamorosa vuelta al ruedo con su inseparable peón de confianza Juan Cabello “El Brujo”. La felicidad que reflejaba el rostro del maestro saliendo a hombros de “su” Glorieta. Una autentica pasada que recuerdo perfectamente, y además os voy a contar una bonita anécdota de ese día.
Por aquel año 1988, un servidor tenía la edad del pavo, 16 añitos, con lo que conlleva tener esa edad. Recuerdo al maestro salir en volandas de los aficionados y en el momento de abandonar el ruedo de La Glorieta, camino de la Puerta Grande, me abalancé sobre él con la intención de tocarle, de sentir al ídolo cerca. Pues bien, me vi envuelto en el tumulto con la mano puesta en la espalda del maestro, y comencé a rascar, hasta conseguir un golpe completo de la chaquetilla, que guardé rápidamente en el bolsillo de mi pantalón para que nadie me lo quitara, y con la vergüenza de que alguien me hubiera visto. Me fui feliz para mi casa, donde mi padre ya estaba sentado frente a su máquina de escribir para comenzar a redactar la crónica de la tarde. No pude por menos de enseñárselo, de mostrarle el “trofeo” conseguido. No recuerdo muy bien cuál fue su expresión, sí sé que fue de desacuerdo, pero de lo que si me acuerdo es que le dije que “me lo ha dado el maestro” para evitar riñas, porque mi educación me decía que eso de “robarle” a un torero es de gamberros. Al día siguiente en las páginas del desaparecido “El Adelanto” aparecía un titular; “Tengo un alamar de “Capea””
Pues lo sigo conservando con la misma ilusión y admiración como el día que se lo quite. El próximo día 19 de junio estaré en Guijuelo para disfrutar de la maestría y saber de “El niño de La Capea”. Seguro que fotografiaré la clamorosa puerta grande acompañado de su hijo y de su yerno, y disfrutaré como cuando era un niño. Y prometo no robarle ningún alamar Maestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario