sábado, 2 de mayo de 2020

TODAVÍA ESTAMOS A TIEMPO... CREO.


La verdad es que la situación por la que está pasando el país entero, es muy complicada, y lo peor de todo es que es nueva y nadie lo sabe gestionar. El gobierno, me da igual del partido que sea, ha tocado este, y este se está comiendo el marrón. ¿Que ha fallado en cosas?, en la mayoría, diría yo. ¿Qué le cuesta gestionar y dar soluciones al problema?, hasta los niños lo ven. Pero sé que de esta saldremos como hemos salido de otras cuantas, heridos pero salimos.


Con la gente del toro me está pasando algo parecido. Da la sensación que está mirando "al tendido" para ver cómo van sucediéndose los acontecimientos sin tomar cartas en el asunto. La semana pasada anunciaron a bombo y platillo una reunión con el ministro de cultura, de la cual no sacaron muchas conclusiones que digamos. Comienza la famosa desescalada y gremios parecidos, teatros, cines, espectáculos al aire libre... dos metros de separación. La tauromaquia, nueve metros de separación  y como máximo un tercio del aforo.
Sinceramente creo que os están tomando el pelo. Eso quiero creer, antes de creer que os da igual lo que pase. No hay espectáculo en España que represente mas valores, más tradiciones, más sentimientos y mas entroncado con la cultura que la tauromaquia. Y por lo visto a los políticos les da igual, y lo que es peor, a los representantes del sector no se les ven maniobras de defensa ante esta manifiesta manera de ignorar a un colectivo que mueve millones al cabo del año.


Ha llegado el momento de que se nos tome en serio, que nos hagamos oír y defendamos nuestra cultura a capa y espada, que nos dejen de pisotear como hasta ahora. No puede ser que el aficionado que paga su entrada para ver el espectáculo, sea también el que tenga que defender la tauromaquia. La tauromaquia la tienen que defender los que viven de ella, ganaderos, empresarios, toreros, banderilleros, picadores, mozos de espadas, transportistas... y todos los que tienen en este espectáculo su modo de vida. Reaccionar antes de que sea tarde.


Seguro, o por lo menos quiero pensar así, que los representantes del sector están trabajando en ello, pero es tanto el secretismo y el silencio alrededor de sus maniobras, que para el aficionado da la sensación de dejadez. No puede ser que nos traten como al último problema en solucionar, no puede ser que con una reunión con el ministro nos quedemos conformes, no puede ser que el aficionado a través de sus redes sociales clamen por el blindaje de la tauromaquia para librarlo de ataques externos, no pueden ser tantas cosas que se están haciendo mal, o lo que es peor no se están haciendo. 

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