jueves, 12 de marzo de 2020

SEPÚLVEDA DE YELTES EL AMANECER DE UNA ILUSIÓN




Ayer fue una de esas tardes que reconfortan y llenan el depósito de la afición. El trato de Ángel Rodríguez, mayoral de la ganadería de Sepúlveda de Yeltes, fue extraordinario, atento, colaborador, amante de su profesión y con una afición desmedida.



 
Una casa, a la que desde niño, le tengo un cariño muy especial. El patriarca, D. Antonio Sánchez Ortiz, un señor de los pies a la cabeza, tenía una gran amistad con mi padre, por lo que desde muy joven he tenido "trato" en esta casa. Siempre que hablo de Sepúlveda me viene a la cabeza la gran tarde de toros que dio en La Glorieta en el año 1985, con un cartel de lujo, Manzanares, El Niño de La Capea y Paco Ojeda... una tarde que hizo muchos aficionados.


D. Iñigo Sánchez Ortiz-Urbina, hijo de D. Antonio, es el responsable de la ganadería, que la mantiene, no sin sacrificio, por afición y me atrevo a decir, que por seguir con el legado que le dejo su padre. Hoy en día el encaste de la casa es Juan Pedro Domeq puro. Saneado y con una buena alimentación lucen lustrosos. Toros de manos bajas, largos cuellos, hechuras armónicas y con variados pelajes, pastan en los maravillosos cercados de esta finca ganadera.


 
La camada de saca la componen dos corridas de toros y una novillada picada. Ahora mismo D. Iñigo esta en el proceso, nada fácil por otra parte, de hacerse un hueco y dar a conocer su "producto". El 9 de septiembre de 2019, en Navalcarnero (Madrid), lidio una corrida de toros que fue un gran éxito ganadero. Manuel Jesús "El Cid", Manuel Escribano y Esaú Fernández se repartieron un total de 7 orejas, con un toro de vuelta al ruedo, concretamente el nº 25 de nombre “Andaluz”,  lidiado por Manuel Escribano.  

 
Este éxito ha sido una gran inyección de moral para la casa, y una confirmación que el trabajo realizado hasta el momento es el correcto. A poco que la suerte acompañe, Sepúlveda de Yeltes volverá a las ferias y las figuras se apuntarán a ella. Por esfuerzo, sacrificio, afición y respeto a la profesión, lo merecen. Yo quiero que así sea, y además estoy convencido de ello. Paso a paso.
Sepúlveda de Yeltes.
 
 

 
 
 

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