martes, 20 de junio de 2017

EMBESTIDAS DE TRIUNFO PARA REMATAR LEDESMA



Gran final de los Corpus en Ledesma con una buena corrida de la ganadería salmantina de Hermanos García Jiménez que dieron muchas facilidades para el triunfo de la terna.

 

Plaza de toros de Ledesma con tres cuartos de aforo cubiertos se lidio una corrida de toros de la ganadería salmantina de Hermanos García Jiménez, desigual de presentación (tres y tres) y de buen juego en líneas generales, destacando la  bravura entrega y humillación del lidiado en quinto lugar, premiado con la vuelta al ruedo. Tarde calurosa y entoldada.
Domingo López Chaves, de verde hoja y oro; oreja y oreja.
Alejandro Talavante, de azul pavo y oro; oreja y dos orejas.
José Garrido, de azul agua y plata; oreja y oreja.
La terna abandono el coso ledesmino en hombros de los aficionados.




 

Ya había tenido el privilegio de ver a López Chaves en el campo, y la verdad es que lo vi como en sus mejores épocas. Ayer delante del toro me ratifico lo que pensaba. Años de experiencia, poso, técnica y aliviado de presión lo que le hace estar delante de la cara de los animales con soltura y  sin "atragantones". Un torero con años de alternativa y pocos contratos, al que me gustaría ver veinte tardes seguidas; a más de uno sorprendería el momento que atraviesa. Su faena al cuarto de la tarde fue con gusto, temple y largura en el trazo malograda con el mal uso de la espada, lo que dejo el premio en una oreja.



Alejandro Talavante disfruto en Ledesma e hizo disfrutar a los presentes. Figura indiscutible del toreo, con una facilidad innata delante de la cara del toro. Improvisación, gusto y armonía fueron las notas características de sus dos faenas. Tres orejas cortadas fueron el premio para el torero extremeño.



José Garrido topo con el lote menos propicio para interpretar su toreo de manos bajas, encajado y profundo. Esto no fue óbice para que Garrido interpretara con fases de gran gusto el toreo que lleva dentro. Su primero fue el más sosito de la tarde y su segundo el mas bruto, al que consintió hasta meterlo en la canasta.


Un gran broche para cerrar los corpus ledesminos con los tres toreros a hombros y con el regusto de haber visto toros con embestidas buenas boyantes y por abajo. La pena es el no haber colgado el cartel de no hay billetes ninguno de los dos días, con dos carteles del bien confeccionados y del gusto para el aficionado. Y lo peor es que ni ayer ni hoy, nadie se acordó del mayoral.

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