Gallo y Castaño puntuan en Pamplona

La feria de Pamplona centra el interés taurino del principio del mes de julio, en Salamanca con más motivo aun. Dos toreros salmantinos han pasado por ella dejando demostrado el gran momento que atraviesan. En primer lugar lo hizo Eduardo Gallo, el pasado sábado con una durísima corrida de Dolores Aguirre, mansa descastada y vacía de contenido. Imagino el disgusto de la ganadera por que realmente no era lo esperado. Para más inrri, el viento, con tarde amenazando lluvia y tormenta, con el aire que se levanta en esas ocasiones. A Gallo le molesto toda la tarde. Estuvo dispuesto a sabiendas que las opciones de triunfo eran muy pocas por no decir nulas. Se esforzó en intentar someter el viento y las embestidas descompuestas de sus dos oponentes. Embestidas sin ninguna gracia, sin son, ni ritmo para que esas faenas llegaran a buen puerto, pero la disposición y las ganas del torero estuvieron presentes toda la tarde. El pasó de Eduardo Gallo por Pamplona suma, y da moral para sus próximos compromisos.

Este es el momento en el que Gallo esta superando el bache profesional en el que estaba desde hace un par de años. Con tesón fuerza sacrificio y afición volverá seguro a las ferias.

Al día siguiente, el domingo hacia el paseíllo el otro salmantino acartelado en la feria de San Fermín. Javier Castaño se enfrentaba a un encierro de Miura. Salio como la lleva haciendo esta temporada en todos sus compromisos, ya se le presumía en años anteriores esta evolución, pero ahora lo demuestra cada tarde que se viste de torero. Realizo una faena de lo más torera al primer miura que le toco en suerte, un toro difícil, reservon, y asperete, que solo él supo verle la virtud de la obediencia y lo trato como se trata a los toros buenos. Consiguió cosa nada fácil en esta plaza, hacer callar al sol y que prestaran atención. La faena para mí, y para mucha mas gente era de dos orejas, solo corto una por que el que las da, no quiso verlo así. Su segundo fue un animal informal en todo lo que hizo, trato de encauzar una embestida alocada y corta, siendo el esfuerzo en vano.

Castaño esta demostrando día a día, que estos años que ha estado en el banquillo, ni se ha cansado ni se ha aburrido, simplemente ha estado entrenando a diario y consciente de que su momento llegaría. Aquí lo tiene y ahora toca disfrutarlo.