Ilusionante clase práctica de los alumnos de La Escuela Taurina Diputación de Salamanca en la plaza de toros cubierta de Alba de Tormes, en la que se pudo disfrutar de la variedad de conceptos, formas y fondos.
Plaza de toros cubierta de Alba de Tormes. Tres cuartos
largos de aforo cubierto. Novillos de distintas ganaderías; 1º (eral) de
Hermanos Mateos, feo de presentación y de buen juego. 2º y 3º añojos de la ganadería
de Vega de Olleros; bien presentados y de buen juego. 4º (añojo) de la ganadería
de Monteverde; bien presentado y de gran juego. Al romper el paseíllo se guardó
un minuto de silencio por el fallecimiento de Su Santidad El Papa.
Fernando Vanegas; dos orejas.
Nicolás Pérez; dos orejas.
Antonio García; silencio.
Hugo Panero; dos orejas y rabo.
Vanegas, Pérez y Panero salieron a hombros por la puerta
grande.
Fernando Vanegas es un torero bullidor, que afronta todos los
tercios con ganas y soltura. Banderilleo con acierto y recursos su novillo,
caldeando desde el primer momento al respetable. Faena llena de ganas y
entrega.
Nicolás Pérez mataba su primer novillo en público y, además,
en su pueblo por si faltaba algo. No se le noto casi nada el nerviosismo y la presión
de actuar ante sus paisanos, que lo arroparon desde el paseíllo. Faena de menos
a más, con momentos de cierto ajuste y gusto.
Antonio García pasaba por el mismo trance que su paisano,
debutar en público y ante su gente. En este caso Antonio acusó más la presión de
actuar ante sus paisanos. Realizó un trasteo con muchos altibajos, sin llegarse
a centrar en ningún momento. El novillo lo arrollo haciéndole daño en el hombro
izquierdo, teniendo que pasar a la enfermería sin poder estoquear su primer
novillo.
Hugo Panero actuó en último lugar, matando su segundo novillo
en clase práctica. Debuto en Tamames el pasado mes de septiembre causando una
grata impresión. Ayer en Alba de Tormes sorprendió a todos los allí presentes.
Variado, entregado, listo y fresco durante toda la tarde, con el compromiso
firme de agradar y salir triunfante. Realizó un trasteo lleno de improvisación,
temple, gusto y entrega, lo que conecto desde el minuto uno con el público
presente, dejando un gran sabor de boca y muchas ganas de volver a verlo.
Otra de las cosas que hace muy bien La Escuela Taurina Diputación
de Salamanca, es incluir a otros de sus alumnos en el protagonismo del espectáculo.
Me explico; cuatro son los alumnos que están anunciados en el cartel,
encargados de estoquear al animal, pero a su vez, lleva a otros cuatro, Juan
Diego, Aarón, Jaime y José Tomás (en el caso de ayer) que realizan un quite con
el capote y antes de que “el titular” monte la espada de matar, tienen la
oportunidad de dar un par de tandas con la muleta. De esta manera se empiezan a
foguear, se ven vestidos de corto toreando en público, y empiezan a adquirir
cierto rodaje. Es una de las cosas que hacen escuela, compañerismo y crean afición.
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