Ismael Martin formó un auténtico alboroto, en el último festejo de la temporada en la provincia de Salamanca. Cortó cuatro orejas y un rabo para despedirse de la actual campaña.
Plaza de Toros Ducal de Alba de Tormes. Lleno en los tendidos de la cubierta. 2 Toros de la ganadería de Murube para rejones; 1º con nobleza y calidad. 4º Huidizo y manso. Cuatro toros para la lidia a pie de la ganadería salmantina de Montalvo; 2º de gran calidad y nobleza. Lastimado en los primeros compases de la lidia. 3º Encastado y detrás de la mata. 5º noble pero acabó apagado. 6º bravo con trasmisión.
Diego Ventura; rejonazo: oreja. Rejonazo: dos orejas.
Emilio de Justo de burdeos y azabache; estocada caidilla: ovación que recoge desde el callejón. Estocada en lo alto: dos orejas.
Ismael Martin de sangre de toro y oro; estocada en lo alto: dos orejas. Estocada: dos orejas y rabo.
Emilio De Justo e Ismael Martin hacían su presentación como matadores de toros en Alba de Tormes.
La terna abandonó la plaza a hombros por la puerta grande.
Diego Ventura realizó dos trasteos completamente distintos, bien sea dicho, por la condición de sus oponentes. Con el primero, noble y con cierta calidad, no acabó de apretarse con sus cabalgaduras, quedando una faena algo deslavazada. Con el geniudo y manso animal que le correspondió en segundo lugar, realizó un trasteo de poder, técnica y clase luciendo sus caballos de manera portentosa.
Emilio De Justo tuvo la mala suerte de que su primer toro, de gran condición, se lastimara al meter los pitones en la sueltísima arena de la plaza, partiéndose un pitón, por la forma en la que sonó, y saliendo afligido de las manos. El trasteo tuvo la virtud, de mantener al animal a base de temple y suavidad. Su segundo toro noble, pero al límite de fuerza, termino parado y sin dar opciones. El trasteo tuvo la virtud del temple, la cadencia, el gusto y compás, sin tener enfrente un animal que le diera continuidad. Mató de un soberbio volapié, que por sí solo, era merecedor de la puerta grande.
Ismael Martin puso toda la carne en el asador desde el primer saludo capotero. Pasión, entrega, corazón y tener claro el espectáculo, son sus armas, y doy fe que las utiliza a la perfección. Arrollador, puede ser el adjetivo más correcto en la actuación del torero de Cantalpino, que puso la plaza de toros boca abajo.
La terna salió a hombros de la cubierta de Alba de Tormes, en el último festejo que se celebra en la provincia de Salamanca. Tarde triunfal de una terna, que desplegó sus armas para agradar al público que llenaba los tendidos.
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