miércoles, 14 de febrero de 2024

LA PERFECTA IMPERFECCIÓN DE JUAN ORTEGA PERFUMA CIUDAD RODRIGO

 DIEGO MATÉOS CORTA DOS OREJAS DE SU NOVILLO

La faena vista ayer en Ciudad Rodrigo de la mano del torero trianero Juan Ortega, es de las más saboreadas, majestuosas, torera, templada y lenta que recuerdo en La Plaza de “tablaos” mirobrigense.

Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo convertida en plaza de toros. Lleno en los “tablaos” en tarde nublada y de temperatura primaveral.

Tres utreros de la ganadería salmantina de Carmen Lorenzo, desiguales de presentación y juego. 1º justo de fuerza y con genio. 2º con calidad y nobleza. 3º bravo y noble. En 4º lugar se lidio un eral de la misma ganadería, bien presentado y de buen juago.

El Capea; pinchazo y estocada: ovación con saludos.

Juan Ortega; estocada: dos orejas.

Pablo Aguado; pinchazo, estocada y tres golpes de verduguillo: vuelta al ruedo.

Diego Matéos, alumno de La Escuela Taurina Diputación de Salamanca y triunfador del bolsín; media en lo alto: dos orejas.

El Capea se las entendió con un pupilo de “la casa” que, sin ponerle en apuros tampoco le puso las cosas fáciles. Faena de imponerse y mandar, con el temple y suavidad suficientes para no soliviantar a un novillo geñudo.




Juan Ortega firmó un trasteo que recordare mientras viva. Faena con ritmo, temple, gusto, torería, empaque… llena de detalles, una autentica maravilla. Un novillo mansurrón, pero con gran nobleza, permitió al trianero un trasteo al alcance de los elegidos, lleno de matices y detalles. Nada fue redondo, pero la obra en sí fue redonda. La perfección en el toreo, resulta en la mayoría de los casos, artificial. La faena de Juan Ortega fue la perfección imperfecta del toreo.

Pablo Aguado torea con naturalidad innata, con empaque y torería sevillana. El trasteo muy interesante dentro de la intermitencia. Templado y con mucho gusto, realizó una faena llena de detalles y adornos llenos de empaque. El mal manejo de los aceros esfumó el triunfo.

Diego Matéos se vio rodeado de toreros “de ferias” a los que seguramente admira, gracias a proclamarse triunfador del bolsín. No desaprovecho la oportunidad y consiguió un trasteo largo, con altibajos, pero de gran entrega y compromiso.

La perfecta imperfección en el trasteo de Juan Ortega, puso a todo el mundo de acuerdo. Cuando las cosas que se realizan en el ruedo tienen empaque, torería, sabor, entrega, misterio, temple, aroma, despaciosidad… y sobre todo personalidad, el “ole” que brota de los tendidos es rotundo, sincero y agradecido.


 



 



 


 



 


 

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