miércoles, 20 de diciembre de 2023

PERERA COMIENZA EN VALERO

 

La localidad salmantina de Valero, dará el pistoletazo de salida a la temporada taurina 2024, el próximo día 29 de enero con el matador de toros extremeño Miguel Ángel Perera. Así de temprano va a comenzar a celebrar Miguel Ángel Perera sus veinte años como matador de toros.

Miguel Ángel Perera nació en La Puebla del Prior (Badajoz) el 27 de noviembre de 1983. Debuta de luces en Olivenza el 9 de octubre de 1999. Tres años más tarde, el 23 de febrero de 2002 hace su presentación con los del castoreño en la plaza de toros de San Sebastián. En 2003 fue el ganador del Ciclo de novilladas en Algemesí. Fue nombrado el mejor novillero de la temporada 2003. En su presentación en Las Ventas como novillero, el 6 de junio de 2004, salió a hombros tras cortar tres orejas. 

Tomó la alternativa en Badajoz el 23 de junio de 2004, con una corrida de toros de Jandilla, con El Juli de padrino y Matías Téjela de testigo. La confirmación sería un año más tarde, el 26 de mayo de 2005, en la tradicional corrida de La Prensa, con el maestro Cesar Rincón de padrino y Matías Téjela de testigo de la ceremonia.

Veinte años de matador de toros en los que ha triunfado en todas las plazas en las que ha toreado; Madrid, Sevilla, Bilbao, Pamplona, Santander, Valencia, Castellón, Logroño, San Sebastián, Badajoz, Valladolid, Salamanca… Salamanca precisamente, donde la pasada feria de septiembre cuajo su mejor tarde en La Glorieta. Cortó un total de tres orejas, que para mí son lo de menos, porque dejo una sensación de torero cuajado, poderoso, entregado, templado… una tarde que se recordara durante muchos años por los buenos aficionados.

Perera ha luchado desde el minuto uno, se ha forjado a base de entrega, corazón, ganas y afición. De este torero sí que se puede decir con la voz bien alta, que nadie le ha regalado nada. Veinte años no son nada (como dice la canción), o son mucho, por los logros conseguidos. Veinte años de sacrificios, sinsabores, percances, altibajos… pero también veinte años de triunfos, de respetos, de satisfacciones, de reconocimientos, de alegrías, de logros… ¿Merece la pena? Estoy seguro de que sí.




 


 

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