sábado, 20 de agosto de 2022

LAS COSAS DE LAS COSAS DE MORANTE

 

La perfección de la imperfección, así fue la faena del torero cigarrero que embrujó el coso chacinero.


Plaza de toros de Guijuelo. Cuarta de abono. Tarde soleada y agradable temperatura con casi lleno en los tendidos. Toros de la ganadería salmantina de Carmen Lorenzo, desiguales de presentación y juego. 1º noble. 2º Noble y a menos en sus embestidas. 3º bravo con complicaciones. 4º de gran calidad. 5º(bis) de gran tranco, noble y colaborador. 6º más apagado y deslucido.

El Cordobés de grosella y oro: pinchazo, media y cuatro golpes de verduguillo, silencio. Dos pinchazos y estocada: oreja.

Morante de La Puebla de gris perla azulada y azabache; dos pinchazos, media y descabello: ovación recogida desde el tercio. Media estocada muy efectiva: dos orejas y rabo.

El Cape de grana y oro; estocada tendida y descabello: dos orejas. Pinchazo y estocada: oreja.

El festejo comenzó con 10 minutos de retraso por la afluencia de público. En el sexto se desmonterarón después de parear con soltura y exposición Porritas de Guijuelo y Antonio Carmona. Morante de La Puebla y El Capea abandonaron el coso en volandas de los aficionados.



El Cordobés llegó a Guijuelo ilusionado y con ganas de agradar a la parroquia. Con su primero no acabo de acoplarse ni de redondear nada. A su segundo lo metió en la canasta logrando tandas templadas y de gran mérito, lo que le valió conectar con el público. Una oreja fue el balance de su actuación.







Morante de La Puebla es otra historia. Hace todo de una manera particular, torera, artista y distinta, incluso cuando pasa al toro por pasarlo, lo hace con gracia y torería, llenando el escenario en todo momento. La faena a su segundo toro, quedara en la memoria de los allí presentes por mucho tiempo. Por inspiración, despaciosidad, temple, gusto, cadencia, arrebato, compás, torería, ritmo… Una faena genial de un genio que cuando las musas se ponen de acuerdo y le acompañan en el ruedo surge la magia de la improvisación. Fue una faena que me recordó por momento al gitano jerezano, ese grandioso torero que componía obras de arte tan geniales como efímeras, tan inverosímiles como creíbles, tan cercanas como imposibles de alcanzar. ¿Esto es arte? Yo creo que es el arte de todas las artes, las cosas de las cosas como diría D. Rafael de Paula.




El Capea tenia doble presión sobre sus espaldas, la corrida de la casa y resolver sus faenas. Enrazado y con ganas toda la tarde apenas se le noto la presión. La primera de sus faenas contacto con el público enseguida por la raza y ganas que demostró el torero de dinastía. Faena de menos a más que le valieron el doble trofeo. Con el segundo de su lote apunto cosas muy destacables hasta que se apagaron las embestidas. Arrimón de los de verdad en los prolegómenos de la faena que le valieron otro trofeo.


Cuando el público se levanta de sus asientos, abraza al vecino de localidad sin conocerlo de nada, aplaude, grita, le suben las pulsaciones, se altera, goza y no sabe muy bien porque, eso es el toreo en estado puro y ayer en Guijuelo se vivió así. ¡Viva el toreo!  

 


 


 


 


 

 


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