SEGUNDO FESTIVAL A BENEFICIO DE AERSCYL EN LEDESMA
Una vez más el toreo me dio la razón y me demostró que tiene una serie de valores que a la sociedad en general le hacen mucha falta. Respeto, educación, compañerismo, sacrificio, solidaridad, entrega, corazón, sentimientos… ayer en la plaza de toros de Ledesma, de la mano de López Chaves, Raquel Martin, Jarocho y “El Mene” se sintió un auténtico manantial de todos estos valores.
Plaza de toros de Ledesma. Festival a beneficio de AERSCYL. Más de mil personas en los tendidos en tarde soleada y agradable de temperatura. Novillos donados de distintas ganaderías donados por sus propietarios. 1º Antonio Palla; de excelente calidad, pero justo de fuerza. 2º Domingo Hernández; bravo y repetidor. 3º Montalvo; Bravo, humillador y a más en su entrega. 4º José Manuel Sánchez; de más a menos. 5º Antonio Palla; rabiosillo, sin entregarse. 6º Casasola; noble, pero a menos. Fue lidiado por los cuatro actuantes.
Domingo López Chaves; dos orejas y oreja.
Raquel Martin; ovación.
Jarocho; oreja.
“El Mene”; dos orejas.
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por la memoria de D. José Prieto que fuera alcalde de Ledesma fallecido de manera inesperada recientemente.
Hoy no es día de hablar ni de escribir de lo bien que toreo Domingo López Chaves a su primero, con mimo, temple y tacto para mantener en pie las exquisiteces embestidas del de “Casasola”. Tampoco es día de resaltar las cualidades innatas que tiene Raquel Martin para interpretar el toreo de la manera más pura. Creo que tampoco es el momento para resaltar la verdad y entrega de Jarocho. Y como no voy a hablar de estos tres, tampoco lo voy a hacer del empaque y clasicismo de “El Mene”.
Un auténtico manantial de solidaridad, comprensión y entrega fue lo que viví ayer en Ledesma. Un carrusel de sensaciones me invadió nada más cruzar el puente de entrada a Ledesma. Era la primera vez que visitaba la villa después del fallecimiento del amigo Pepe, el gran Pepe, alcalde de Ledesma y propulsor de la “Rosquilla de Oro”; se te echa de menos amigo. Un festival que tenía muchas ganas de asistir por todo lo que conlleva. Y unos niños que trasmitían complicidad, alegría y felicidad en su mirada, en sus gestos, en su manera de estar y de sentir, porque seguro que, de una u otra manera, sabían que todo ese tinglado se había montado por ellos.
El
toreo es grandeza y una vez más se demostró en una plaza de toros. Solidaridad
a raudales, entrega a corazón abierto, pasión en todo lo hecho y agradecimiento
por el resultado. No hay en el mundo ningún colectivo que yo conozca, que
aglutine tantos valores como el toreo, valores necesarios para la vida
cotidiana y tan en falta a la hora de la verdad. La felicidad en la cara de
esos niños dando la vuelta al ruedo con los toreros, no se paga con dinero.
La felicidad de esos padres en los tendidos de Ledesma, el agradecimiento en sus miradas, no se paga con nada. La mirada de satisfacción de Domingo López Chaves viendo la plaza de su pueblo, esa mirada, me la guardo yo en el corazón, porque es la mirada de un hombre humilde teniéndolo todo, de una entrega apasionada y con una bondad sin límites. Eres grande como torero, pero eres inmenso como persona. Enhorabuena por lo conseguido.
Emocionados de lo que vivimos el sábado y orgullosos de haber estado ahí. Son muchos los pensamientos que me produjo el evento. Muchos
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