Un año más, como viene siendo tradición, la afición salmantina rinde honores a Julio Robles, uno de sus grandes maestros de la tauromaquia, en el vigésimo aniversario de su fallecimiento. Veinte años no es nada, dice la canción, pero son mucho, muchos recuerdos, muchas añoranzas, muchas ausencias… son demasiado veinte años.
Un acto íntimo y sencillo, por precaución ante la pandemia, es el que se ha celebrado esta mañana a los pies de la estatua de Robles en La Glorieta. El alcalde de la ciudad de Salamanca D. Carlos García Carbayo junto con el presidente de la Federación de Peñas Taurinas D. Luciano Sánchez Hernández han sido los representantes de las instituciones que han acompañado a las hermanas Dª Candelas Robles, Dª Maribel Robles y demás familiares en el acto de homenaje al maestro Julio Robles a los veinte años de su fallecimiento.
D. Constantino Cascon, capellán de la plaza de toros de La Glorieta, ha sido el encargado de oficiar un pequeño responso en memoria del toreo charro. Seguidamente se han depositado unas flores a los pies de la estatua de Julio Robles por parte del alcalde de la ciudad, los familiares y representantes de la afición taurina.
Un acto marcado por la pandemia en la que no han existido los corrillos de otros años, los abrazos y besos que caracterizaban esta reunión en torno a Julio Robles. Un acto discreto que los organizadores no han querido dejar en blanco pese a la gran incidencia que muestra la cara más dura de esta maldita pandemia. Salamanca sigue estando con Julio Robles y con la tauromaquia.
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