martes, 21 de julio de 2020

CONCENTRACION EN MADRID DEL COLECTIVO TAURINO




Manifiesto leído esta mañana a las puertas del Ministerio de trabajo en la capital de España. Nosotros desde “LaSuertenatural” apoyamos cada una de las palabras de este manifiesto, y estamos a disposición de quien sea necesario para defender, divulgar y engrandecer la fiesta de los toros.

“El escritor D. José Bergamín definió “La Música Callada del toreo” de esta forma ha sido muchas veces la historia de la tauromaquia, silenciosa. Un arte que, por sus valores, su grandeza, por la liturgia del rito, por la trascendente verdad de lo que pasa en el ruedo, no ha necesitado de altavoces estridentes para ser un espectáculo de masas en España, Francia, Portugal y América Latina.
Los toreros hemos sido discretos, quizás en exceso, pero eso es nuestra intimidad, y hemos resistido con admirable fortaleza insultos y agravios, este acoso y derribo debe de terminar. Hasta ahora se ha demostrado entereza desde la quietud, ahora tenemos que demostrar nuestro valor, tenemos que enseñar que la tauromaquia es un arte vigente y necesario en la sociedad del siglo XXI y que haremos lo necesario para que siga siéndolo, y todo esto, desde la libertad y la falta de complejos.


El toreo, los toreros no podemos seguir admitiendo insultos, discriminaciones y malos tratos por nadie. Hasta ahora hemos soportado esos insultos desde frentes muy concretos, pero se ha llegado a un punto de no retorno, cuando un Ministerio de Trabajo, como este en el que nos encontramos, margina a unos trabajadores por el hecho de ser toreros y les niega la ayuda que tanto ha prometido.
No queremos privilegios, pero tampoco que no sean capaces de aplicar las leyes vigentes por el hecho de nuestra profesión, nos dejan atrás. Queremos justicia e igualdad.
La música callada de los toreros debe dar paso a otra música más estruendosa, donde levantemos la voz y señalemos sin complejos el orgullo de nuestra profesión, y les hagamos saber, que vamos a defender la tauromaquia y la afición hasta el final.
Ahora es el momento de hacérselo saber a los políticos, pero también debemos trasmitirlo en cualquier ámbito de nuestra vida porque es la única forma que las futuras generaciones vallan a las plazas de toros y sean tan felices ellos como nosotros lo somos. Una sociedad sin toros, es una sociedad menos rica y menos diversa, que niega la verdad de la propia vida. Además, si no cumpliésemos con esta tarea, estaríamos faltando al respeto a tantas generaciones de compañeros, que han traspasado tantas veces la línea de la cordura, para glorificar la fiesta de los toros, y en muchas ocasiones, les ha costado su vida en la arena, o han quedado maltrechos para siempre.


Nuestra generación, no puede permitirse ser la última del toreo. Hay que entregar el testigo para las nuevas generaciones, y la única manera posible, es revindicando desde el estruendo y el orgullo de ser toreros la grandeza de esta profesión. Nos quieren hacer ver, que el toreo como otras actividades culturales y otras profesiones, no tiene cabida en una sociedad uniforme y despersonalizada, donde la libertad se restringe a ideologías diferentes. Pero deben saber que la humanidad ha llegado a donde ha llegado, gracias al impulso de la cultura y de sus variantes, que han movido el propio mundo. Y esta es nuestra cultura, una cultura milenaria que está en nuestras raíces y que no debe perder la esencia ni caer en la moda de lo anglosajón y en el puritanismo moralizante de los urbanitas y animalistas que lo quieren contaminar todo.
Nuestros hijos, nuestros seres queridos deben manifestar con orgullo la profesión de sus padres. Nosotros debemos revindicar nuestra profesión y no ocultarla en determinados ambientes sociales para evitar discriminación.
Se acabó. Hemos sido pacientes y ha estado bien. Pero nos quieren derribar del caballo y no nos vamos a dejar. La música callada del toreo, se va a convertir en el estruendo sonoro de la grandeza del toreo, y nos ha tocado defender el testigo de la tauromaquia, para entregárselo a unas generaciones a las que quieren privar de los toros, y, por tanto, de la propia libertad.
Así que compañeros, si hemos llegado hasta aquí, vamos hacer lo que sea necesario por el futuro, y que la parte de la sociedad que nos odia, vea que se ha encontrado con este colectivo, un grupo humano que no piensa rendirse. Dentro y fuera de la plaza, compañeros, seguiremos siendo leyenda”.






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