Manifiesto leído
esta mañana a las puertas del Ministerio de trabajo en la capital de España.
Nosotros desde “LaSuertenatural” apoyamos cada una de las palabras de este
manifiesto, y estamos a disposición de quien sea necesario para defender,
divulgar y engrandecer la fiesta de los toros.
“El escritor
D. José Bergamín definió “La Música Callada del toreo” de esta forma ha sido
muchas veces la historia de la tauromaquia, silenciosa. Un arte que, por sus
valores, su grandeza, por la liturgia del rito, por la trascendente verdad de
lo que pasa en el ruedo, no ha necesitado de altavoces estridentes para ser un espectáculo
de masas en España, Francia, Portugal y América Latina.
Los toreros
hemos sido discretos, quizás en exceso, pero eso es nuestra intimidad, y hemos
resistido con admirable fortaleza insultos y agravios, este acoso y derribo
debe de terminar. Hasta ahora se ha demostrado entereza desde la quietud, ahora
tenemos que demostrar nuestro valor, tenemos que enseñar que la tauromaquia es
un arte vigente y necesario en la sociedad del siglo XXI y que haremos lo
necesario para que siga siéndolo, y todo esto, desde la libertad y la falta de
complejos.
El toreo,
los toreros no podemos seguir admitiendo insultos, discriminaciones y malos
tratos por nadie. Hasta ahora hemos soportado esos insultos desde frentes muy
concretos, pero se ha llegado a un punto de no retorno, cuando un Ministerio de
Trabajo, como este en el que nos encontramos, margina a unos trabajadores por
el hecho de ser toreros y les niega la ayuda que tanto ha prometido.
No queremos
privilegios, pero tampoco que no sean capaces de aplicar las leyes vigentes por
el hecho de nuestra profesión, nos dejan atrás. Queremos justicia e igualdad.
La música callada
de los toreros debe dar paso a otra música más estruendosa, donde levantemos la
voz y señalemos sin complejos el orgullo de nuestra profesión, y les hagamos
saber, que vamos a defender la tauromaquia y la afición hasta el final.
Ahora es el
momento de hacérselo saber a los políticos, pero también debemos trasmitirlo en
cualquier ámbito de nuestra vida porque es la única forma que las futuras
generaciones vallan a las plazas de toros y sean tan felices ellos como
nosotros lo somos. Una sociedad sin toros, es una sociedad menos rica y menos
diversa, que niega la verdad de la propia vida. Además, si no cumpliésemos con
esta tarea, estaríamos faltando al respeto a tantas generaciones de compañeros,
que han traspasado tantas veces la línea de la cordura, para glorificar la fiesta
de los toros, y en muchas ocasiones, les ha costado su vida en la arena, o han
quedado maltrechos para siempre.
Nuestra generación,
no puede permitirse ser la última del toreo. Hay que entregar el testigo para
las nuevas generaciones, y la única manera posible, es revindicando desde el
estruendo y el orgullo de ser toreros la grandeza de esta profesión. Nos
quieren hacer ver, que el toreo como otras actividades culturales y otras
profesiones, no tiene cabida en una sociedad uniforme y despersonalizada, donde
la libertad se restringe a ideologías diferentes. Pero deben saber que la
humanidad ha llegado a donde ha llegado, gracias al impulso de la cultura y de
sus variantes, que han movido el propio mundo. Y esta es nuestra cultura, una
cultura milenaria que está en nuestras raíces y que no debe perder la esencia
ni caer en la moda de lo anglosajón y en el puritanismo moralizante de los
urbanitas y animalistas que lo quieren contaminar todo.
Nuestros
hijos, nuestros seres queridos deben manifestar con orgullo la profesión de sus
padres. Nosotros debemos revindicar nuestra profesión y no ocultarla en
determinados ambientes sociales para evitar discriminación.
Se acabó.
Hemos sido pacientes y ha estado bien. Pero nos quieren derribar del caballo y
no nos vamos a dejar. La música callada del toreo, se va a convertir en el
estruendo sonoro de la grandeza del toreo, y nos ha tocado defender el testigo
de la tauromaquia, para entregárselo a unas generaciones a las que quieren
privar de los toros, y, por tanto, de la propia libertad.
Así que
compañeros, si hemos llegado hasta aquí, vamos hacer lo que sea necesario por
el futuro, y que la parte de la sociedad que nos odia, vea que se ha encontrado
con este colectivo, un grupo humano que no piensa rendirse. Dentro y fuera de
la plaza, compañeros, seguiremos siendo leyenda”.
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