viernes, 25 de mayo de 2018

SAYALERO ABANDONA EL CAMPO CHARRO


EN TIERRAS GADITANAS PASTARAN A PARTIR DE AHORA.


 
Nunca es agradable despedirse de nada ni de nadie, y mucho menos si es de algo a lo que le has cogido un cariño especial. Esa es la sensación que tengo ahora mismo con la marcha del campo charro de la ganadería de Sayalero. Aunque no me guste la idea, lo veo lógico. Su dueño vive en Jerez, y sus toros pastan en "El Charaíz" termino municipal de Santi Espíritu, con lo cual la distancia hace que disfrute poco o nada de lo que tiene, y quiere disfrutar de ello.


 
Por diversos motivos me ha unido a esta ganadería un sentimiento muy especial. Primero la amistad que me une con Ángel Sánchez, mayoral de la ganadería, y un hombre de campo de los pies a la cabeza con el que he aprendido muchas cosas de su profesión y del trato con los animales. Un amigo que me ha abierto los secretos de su trabajo, las puertas de su casa y sus conocimientos del animal, tanto en el campo como en la plaza. La alimentación, el saneamiento, la selección, el manejo... todo lo que uno se pueda imaginar de un gran mayoral. Sé que con Ángel me quedo, que la amistad es tan fuerte que esto no la va a diluir, pero me duele por él, por el empeño que ha puesto en la ganadería de Sayalero, por el cariño que le ha imprimido a todo su trabajo, por la forma de sanear y levantar la ganadería... por todo eso y por más. Él, por motivos personales ha decidido de mutuo propio, desvincularse de la ganadería de Sayalero. Es mayoral del campo charro y quiere seguir siéndolo. Ángel se ha hecho bajo las encinas de la provincia y quiere seguir bebiendo del mismo manantial que lo hizo desde que era un crio. Pare donde pare, este mayoral seguro que la ganadería y el ganadero lo agradecen.


También me quedo con la amistad de Bernardo Soto, hijo del gran Rafael de Paula y encargado de la ganadería. Un buen hombre, un enamorado del campo y del toro bravo. Un hombre sencillo y con una gran sensibilidad.
Me quedo con la gran satisfacción de haber conocido a Jesús Soto de Paula. Puro sentimiento. Un hombre culto, sensible, artista, con embrujo, personalidad y gusto. Un buen escritor que plasma con gran personalidad y persuasión lo que piensa y siente. Un gran orador que encandila con su forma de expresar con la palabra, lo que siente el alma. Albero Charro fue el lugar elegido para presentar en Salamanca su última obra "Torerías y Diabluras" donde enamoro al público asistente por su sensibilidad, sabiduría y temple.
Lo que siempre me llevaré en el alma de "El Charaíz" es mi reencuentro con Rafael de Paula. Fue un día mágico, con muchas sensaciones y sentimientos encontrados, pero mágico. Mi padre que en paz descanse, siempre nos inculco uno valores y una educación dignas de un hombre bueno, educado y justo. En el tema taurino casi todo lo que se proviene de esa fuente, de la que bebí desde que tengo uso de razón. Y de esa fuente me viene la devoción que me inculco al toreo de Rafael de Paula. Sentimiento, inspiración, embrujo, "quejio"... así lo describía a la vez que se le ponían los bellos de punta. Pues allí lo tenía yo, al gran Rafael frente a mí, casi treinta años después de que hubiera estado en casa de mis padres el 18 de diciembre de 1987. lo primero que se me vino a la cabeza fue mi padre, "... si estuvieras aquí hoy la gozabas" . Un lujo de día escuchar al maestro. No lo olvidare en la vida.

Sayalero se marcha a tierras gaditanas y a mi solo se me ocurre darle las gracias. Gracias por los momentos vividos, por los sentimientos y emociones compartidas, por revivir situaciones que pensaba que eran imposibles, por la amistad sincera, por los conocimientos compartidos... por tantas cosas y tantas emociones que no se pueden escribir. Gracias de corazón y que la ganadería siga su ritmo, el ritmo que le ha imprimido Ángel, vuestro mayoral, que desde su conocimiento y desde su corazón ha puesto la ganadería saneada y lista para cotas altas. Que todo siga bien y la ganadería triunfe desde Cádiz, donde siempre tendré puesto un "ojillo". Aquí siempre os quedara un amigo.
Imágenes que quedarán en el recuerdo.
 
 

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