He dejado pasar unos días para no escribir desde el prisma
del dolor y la rabia. No puede ser, y este dolor y rabia duraran mucho tiempo.
Barrio, como yo te llamaba, recuerdo la última vez que coincidimos en el campo,
en casa de "Majeroni", una mañana de sábado del mes de enero. Estuvimos charlando
de como se planteaba tu temporada, de tus ilusiones e inquietudes, y me quedo
con una frase que me dijiste; "este año tengo el presentimiento de que mi
vida va a dar un vuelco"... Maldita sea tu suerte Barrio. En la plaza de
toros de Teruel, el destino te tenía guardado a "Lorenzo", para
terminar con el torero y comenzar con la leyenda.
Mucha mala suerte en todo lo que paso ese día, el aire y el
derrote certero que no dejo espacio a la esperanza. El hombre fallecía al
instante, que es lo peor de todo esto, que el hombre, Víctor Barrio, se ha ido
para siempre, dejando un fuerte dolor en
todos sus compañeros, aficionados y amigos. Y una pérdida irreparable en su
familia, sus padres, su mujer, sus vecinos... Sepúlveda, Cantalejo, nunca volverán
a ser lo mismo.
Siempre es dolorosa la muerte, y mucho mas en una persona
joven, ilusionada, y con metas que cumplir en la vida. Todo acabo aquella tarde
y todo comenzó al día siguiente.
Barrio, tu muerte no ha sido en balde. Tu muerte ha tenido
la fuerza de unir a todo el toreo, de dejar a un lado rencillas y egoísmos, de
poner a todo el mundo de acuerdo. El toro mata, aquí está el ejemplo, y los
toreros no os ponéis en valor.
Cuando yo era un crio, 12 y 13 años, año 84 y 85, dos toros
mataron a Paquirri y a Yiyo. Yo recuerdo que por entonces la prensa
especializada, la sociedad en general, tenia al mundo del toro como un poco
desplazado. Por suerte en mi casa siempre he vivido el mundo del toro muy
cercano y se de lo que hablo. No gustaba nada el trapío de los toros, no se
respetaba mucho al que se ponía delante, "eso soy capaz de hacerlo
yo", y cosas de ese estilo se oían por las calles. A partir de la
desgracia de estos dos matadores de toros, la sociedad en general, pego una
vuelta de tuerca y el toreo se volvió a poner en valor.
Con tu muerte Barrio, va a pasar un poco lo mismo. Has unido
a todos tus compañeros, empresarios, ganaderos, aficionados, prensa, y a toda la sociedad en general. Vamos
a aprovecharlo y a unir fuerzas. El toreo es una cosa muy seria, es un arte, es
un espectáculo en el que el protagonista "juega" con la muerte, eso
lo sabemos todos. Es un espectáculo en el que el protagonista no tiene guion,
tiene que improvisar ante las embestidas de un animal. El toreo es tan grande,
que no todos somos capaces de ni siquiera soñar con hacer una faena a un toro,
porque está reservado para los elegidos. Tu, Barrio, fuiste uno de los elegidos
y has sido el elegido por el destino para poner esto en valor, para que el
respeto al toreo y a tu profesión se revaloralice y se engrandezca. Barrio, tu
muerte no ha sido en balde, y desde donde estés, vas a velar porque esto vuelva
al lugar donde siempre debió de estar.
Barrio has entrado en la leyenda del toreo por la puerta del
cielo, como más duele, con la muerte de un torero joven en una plaza de toros.
Barrio, allá donde estés descansa en paz. Barrio, gloria a los toreros. Hasta
siempre.
Desgraciadamente, la última vez que tenté fue con el en el mismo tentadero al que fuiste. D.E.P.
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