jueves, 2 de julio de 2015

EL PASO ADELANTE DE IVÁN FANDIÑO

El mes de julio es el punto de inflexión en la temporada de los toreros. Pasados los primeros puertos de relevancia con Valencia, Sevilla y Madrid como grandes retos, se encaran los meses en lo que se torea el mayor número de festejos; el trampolín de los contratos para 2016. Para Iván Fandiño ha sido un año atípico. Por decisión propia no quiso estar presente en las primeras con el fin de preparar a fondo la gran cruzada de su carrera. El lleno hasta la bandera fuera de abono y temporada fue su gran triunfo puesto que el ganado no quiso sumar aquella tarde. Tampoco rodaron las cosas en San Isidro tras haber salido a hombros el pasado año, y un torero que jamás se ha conformado tuvo que hacer balance dispuesto a resurgir cual ave fénix.


Montalvo ha sido una de las paradas en su entrenamiento. Cuerpo y mente en plena evolución para volver a colocarse el traje de luces con los dientes afilados. El doblete de Pamplona será su primera bala. Victoriano del Río y Fuente Ymbro, dos hierros de plena garantía, para salir de nuevo a hombros en un coso donde se mueve como pez en el agua. Después llegará otra de las fechas señaladas en rojo, es el mano a mano con Enrique Ponce en Mont de Marsan. Han anunciado que no habrá trinchera y ninguno se dejará ganar la partida. Tres paseíllos intensos, de los que gustan al de Orduña, donde puede desarrollar al cien por cien su personalidad. La que ha llevado a levantar de los asientos a miles de aficionados en las plazas.




Llegarán agosto y septiembre con múltiples compromisos. Entre ellos Palencia, donde estoqueará la corrida del hierro salmantino de Juan Ignacio Pérez Tabernero. Pisará suelo español y también los lugares privilegiados de Francia donde sigue siendo todo un emblema para la tauromaquia.









Personalidad a raudales y compromiso son las grandes bazas de Iván Fandiño. Un torero que no ha querido acomodarse y ha buscado continuamente el gran golpe en la mesa. Siempre dijo que no pararía hasta llegar a ser figura del toreo y eso exige el máximo nivel día tras día. Su concepto es puro dentro y fuera de los ruedos. Siempre mirando al futuro, a las grandes apuestas que hagan acudir al aficionado de verdad a las taquillas. El paso atrás, ni para tomar impulso. La gran seña de identidad de Iván Fandiño.




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