Las escuelas taurinas de aficionados prácticos, son mucho más
que un puñado de amigos que se juntan para aprender a mover los trastos. Son
las personas, que más fielmente personifican la palabra aficionado. Les gusta
el mundo del toro, creen en el torero, les parece fascinante la labor del
ganadero, les fascina la conjunción de todo esto, y además, lo defienden como
una cosa propia, una filosofía de vida.
Todos tienen sus profesiones o sus estudios en marcha y
ninguno pretende con esto, nada más que aprender. Sus pretensiones dentro del
mundo del toro son, ser buenos aficionados, y cada vez que tengan ocasión,
ponerse delante de una becerra e intentar disfrutarla, que todos a su manera lo
consiguen.
El sábado en la finca de La Ermita de Buenamadre, Los
Aficionados Prácticos de Salamanca, aconsejados en todo momento por los
matadores de toros Andrés Sánchez y Salvador Ruano, pudieron poner en práctica
sus conocimientos de toreo con tres becerritas de distinta condición, pero de
un tamaño ideal para ellos. Se divirtieron, torearon y disfrutaron, que más se
puede pedir.
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