jueves, 13 de noviembre de 2014

MARCIAL VILLASANTE TODO UN SEÑOR DEL TORO





Marcial Villasante un zamorano de Villalpando, un hombre cabal, un romántico, un taurino de los de antes y, ante todo, un señor. Novillero, empresario y apoderado, ha tocado casi todos los palos de la fiesta, y ha vivido del toro, por el toro y para el toro. Habla con el corazón, y con unos ojos que trasmiten luminosidad y limpieza. Pequeño de estatura, pero un gran tipo.



¿Cómo comienza su afición a los toros?
Pues comienza desde niño. Mi padre era un gran aficionado a los toros e incluso, como hombre de pueblo, participó en más de una ocasión en las capeas que se celebraban en las plazas de los pueblos como simple aficionado. Yo creo que desde niño me viene la afición, siempre he tenido el toro en la cabeza.

¿Cuándo se viene de Villalpando a Salamanca?
Vine la primera vez con 15 años, primero a Zamora y de allí a Salamanca. Aquí me quedaba en una pensión para poder ir a los tentaderos de tapia. En esos tentaderos conocí a Manuel Benítez “El Cordobés”, Chacarte, “El Tino”, que era de Alicante, Pacorro... un montón de toreros. Esos tentaderos eran otra cosa, no como ahora. En aquellos tentaderos los chicos nos numerábamos para el tentadero, y todos para la tapia. Lo mínimo era encontrarte con veinte chicos allí subidos, la verdad es que eran otros tiempos. Los ganaderos de aquí siempre se han portado muy bien, han sido grandes hombres e inteligentes. D. Abacu Cobaleda,  D. Atanasio Fernández, D. Antonio Pérez-Tabernero… todos los ganaderos nos daban cuartel.
Con D. Antonio tengo una anécdota muy curiosa, que te dice bien cómo era ese señor: En la finca de San Fernando, antes de llegar, en esos caminos que llevaban a Tabera y por ahí, estábamos esperando la llegada de los toreros para el tentadero, un servior y otros maletillas, a la brigada porque pegaba el sol, o sea, estábamos de cara al poniente, allí en el camino contra una pared. Nada más que llegaba él, paraba allí su coche, se bajaba y decía con los brazos abiertos: “ya están aquí los míos”. Un hombre que nos daba cariño nada más que nos veía allí a todos los maletillas.




¿Con qué años debuta de luces?
La primera vez que me vestí de luces fue con 18 años siendo ya un mozo. Yo ya había toreado bastante en las capeas, por aquí, también por la parte de Cáceres, donde torearía después de luces, en Zarzamayor, Alcántara y también en Valencia de Alcántara… También en la provincia de Zamora, de Valladolid y Zaragoza. En aquella época paraba por la Fuente de San Esteban y allí conocí a mucha gente. Uno que me ayudó fue D. Ramón Pallarés, el padre de Paco y Andrés. Un gran señor, con él teníamos una gran facilidad para comer de gorra.
También conocí a un chiquillo de 5 o 6 años que se llamaba Julio Robles, gran matador de toros. Que fíjate, nos unió una gran amistad, pero en aquella época, yo un mocete y él un niño, le llamaba “carapitín” por lo delgaducho que estaba y lo afilada que ha tenido siempre la cara. Pues yo “carapitín” pa'ca, “carapitín” pa´lla… Y un día cuando él ya comenzaba a torear, ya más mocete, me dijo: mira Marcial no me llames mas “carapitín” y desde aquel día lo llame por su nombre; Julio. Un figura y una gran persona.

¿Hasta cuándo estuvo toreando?
Pues hasta que me fui a la mili. Yo me fui a La Academia Militar de Zaragoza, allí conocí a D. Juan Carlos I Rey de España, porque yo era algo espabiladillo y además iba recomendado. Me colocaron en el bar de Jefes y Oficiales, allí fui encargado de cuatro camareros. Allí iban los cadetes y allí conocí al rey, que iba siempre con el capitán López, que era su profesor de hípica. Bueno que me voy de la pregunta, estando en la mili yo seguía con lo de los toros, pero veía que no. Ya había debutado con caballos y sólo había toreado tres y aquello ya no me motivaba, sólo lo hacia por el dinero. Y toreando yo, fui torero y empresa en más de una ocasión.

¿Compaginó las funciones entonces, torero-empresario?
Fíjate yo toreaba por donde salía; en Guarrate, Benavente, los pueblos de la provincia de Zamora, y te das cuenta de lo duro que era aquello y que no le veía color. Yo debuté con caballos en Almendralejo, y luego toreé otras dos; una en Olivenza y la no recuerdo. Pero a lo que te voy, no tenia a nadie detrás que me apretara en momentos de flaqueza; entonces te vas desilusionando y ves que eso no es para ti. Pero yo quería al toro y al mundo del toro, y dije: yo de aquí no me voy. Y montaba festejos en los que yo mismo me anunciaba.

¿Cómo se le ocurrió hacerse empresa en vez de banderillero?
No entraba en mis planteamientos. Yo tenía que ser cabeza de ratón y no cola de león. Yo tenía que estar a mi aire, libre y sin ataduras.

¿Qué plaza ha sido la de más responsabilidad que usted ha llevado?
Hombre, todas son de responsabilidad. Yo he dado toros en Benavente, Trujillo, Olivenza, Fregenal de la Sierra, Ledesma, Ciudad Rodrigo, Béjar… En muchos sitios y en todos he intentado hacer las cosas bien y con responsabilidad. Yo creo que a mí no hay nadie que me pueda echar nada en cara.





De empresario ¿se ha hecho usted rico?
No, no se puede hacer uno rico, me defiendo bien. Hombre, en mi vida ha habido cosas de mala suerte; yo montaba un festejo fuerte, en una plaza importante, con todo a favor para que aquello saliera bien y era una ruina. Vas a un ayuntamiento, metes un pliego,y llega otro y lo hace más barato. Pues adiós, y yo los hacía ajustando al céntimo, con lo cual el otro o no pagaba o palmaba de antemano. En unos festejos ganabas mucho y en los siguientes palmabas mucho… Yo soy un gran amante de mi profesión, he intentado hacer las cosas bien, no he sido ningún derrochón, por eso vivo bien con mi mujer y mi hija.


¿Ahora hay más golfos que antes?
En aquella época los golfos no eran golfos, era una especie, cómo te diría yo... pillo. Eran pillos pero no sinvergüenzas. En aquella época eran picardías, ahora no, ahora ya es de mala hostia… Ahora la gente hace daño al de al lado y no le importa. Antes había respeto, ahora eso se ha perdido.

¿A usted como torero le han “chuleado” el sueldo alguna vez?
No, no, han sido nobles.

Y usted como empresario, ¿ha “chuleado” el sueldo a alguien?
No, yo tampoco. Yo siempre he pagado los sueldos.

Como empresario, qué cartel ha soñado con montar y no ha podido
Pues mira te voy a decir, yo no he sido soñador. Yo soy espontáneo, lo que se me ocurría lo llevaba a cabo. La verdad yo no tengo ningún cartel por montar, yo he contratado a El Viti, a Julio Robles, Capea, Manzanares padre... figuras del toreo. Y Marcial los ha tenido en sus plazas.

¿También ha sido apoderado?
Si hombre, yo he llevado a Pepe Luís Gallego, a El Mingo, y con el que más tiempo con Julio Norte. A Julio lo puse siete tardes en Madrid sin cortar ni una oreja, que eso es muy difícil, y la alternativa en Íscar con Julio Robles de padrino y Jorge Manrique de testigo.

¿A quién le gustaría apoderar del escalafón actual?
Hombre en este caso a El Juli. Es el más completo a mi modo de ver, a cualquier toro le hace faena, y técnicamente es casi perfecto, aunque la perfección no existe. Me gustan las formas de Morante- De los toreros de arte, Leandro el de Valladolid, muy buen torero, pero para las formas que tienen de interpretar el toreo, no les sirven todos los toros, a El Juli si le sirven.

Barcelona, San Sebastián, La Coruña, Bogotá…
Pues eso es culpa de unas personas que tienen unas ideas de “renegaos”, que no quieren la fiesta nacional por el simple hecho de llamarse nacional y que no tienen ni idea que el toreo no es política, que es arte, cultura y tradición desde hace muchísimos años. Ahora lo quieren politizar y se lo quieren cargar por ideales políticos simplemente. Son una panda de “renegaos”.¿Qué les molestará los toros a esta gente?

¿Los antitaurinos?
Son ignorantes. No tienen ni idea de lo que quieren defender. Ignorancia pura y dura, no conocen esto y se meten, ¿a qué? No prohiba usted los toros porque acaba con el toro. El toro se cría para ser lidiado en una plaza ni más ni menos. Son ignorantes.




¿Ve tocada la tauromaquia?
Sí, se le ha hecho mucho daño, desde dentro y desde fuera. No hemos sabido darnos cuenta y ahora toca rectificar. Yo creo que la palabra la tiene el ganadero. El ganadero es el que tiene que poner la vitola sin abusos en las ferias grandes y cuidar de las ferias pequeñas. En el momento que el ganadero vuelva a coger fuerza, esto va para arriba otra vez.

¿Se siente respetado por sus compañeros?
De unos sí, de otros no… Yo lo que he hecho en el toro siempre lo he intentado hacer bien y echarle una mano al que me lo ha pedido. En la vida siempre tendrás enemigos aunque no sepas la razón.

¿Se ha perdido el romanticismo?
Puede ser que sí, creo que sí.

¿Te gustan las mujeres?
Y el vino, como dice la canción (risas). Yo he tenido suerte en el matrimonio, tengo una gran mujer que me ha dado una hija maravillosa, inteligente, y que tiene su trabajo de periodista y que está todo bien. En ese aspecto la vida me ha sonreído.

¿Cree en Dios?
Mucho. Practico la religión y creo en Dios.

¿Es monárquico?
Paso.

¿Y la política?
Paso también. El político es un hombre culto, preparado, inteligente. Pero esa preparación los hace malvados. Últimamente es una profesión de defraudadores y trincones. Mueven muchos millones y se quedan parte de ellos sin tener razón. No me gustan.


¿Le gusta estar solo o acompañado?
Depende, hay veces que me gusta estar solo. La soledad buscada es muy reconfortante, la no buscada es triste. También me gusta estar con la gente y charlar con unos y con otros.

¿Le gusta leer?
Sí, me gusta leer mucho. Yo leo un libro y hasta que no lo acabo no paro, me da igual que sea taurino que no. Sí, me gusta leer y me entretiene.

¿Se siente feliz?
Sí hombre, claro que si. La vida me ha dado salud. Me ha dado hostias, pero teniendo salud las hostias son más pequeñas, puedes bien con ellas.
No soy soberbio, alguna vez algo chulo, pero yo nunca a nadie he dejado tirado. Yo soy feliz con lo que tengo y con lo que soy.



Un taurino educado, formal y de los de antes. Un hombre al que da gusto escuchar y que tiene mucho que contar. Un hombre que ante todo ha defendido su profesión y luchado por el toro como el que más. Un hombre que ha vivido y visto mucho. Un hombre bueno, de mirada limpia y gran corazón. Un truhán y un señor. Pero yo creo de corazón que ante todo es un señor. Personas así, con esta dedicación al mundo del toro son las que merecen homenajes de los aficionados y de los profesionales. Ahora que puede disfrutar el reconocimiento de la gente, no cuando sea demasiado tarde. Desde aquí quiero presentarle mi respeto y mi admiración por su afición, por lo que ha hecho en el mundo del toro y por lo que seguro le queda por hacer.

 




 

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