jueves, 17 de octubre de 2013

Paco Ureña, el aire que necesitamos



La importancia de Madrid es tal, que en ciertas ocasiones regala sorpresas del tamaño de toreros como Paco Ureña. Brillante fue su confirmación de alternativa el pasado 25 de agosto. El lorquino llegaba a Las Ventas para jugarse la temporada, como uno de tantos que hacen el paseíllo mirando hacia desolado tendido madrileño. Lleno de cemento, cargado de ilusiones. Consiguió en su primero atraer la atención de los pocos, pero excelentes, aficionados que presencian este tipo de corridas en busca de aire fresco para un escalafón caduco. Cerca estuvo de cortar la oreja de aquel toro, de hecho hubo petición mayoritaria no atendida por el presidente. La escasez de público hace que el cortar una oreja sea el más difícil todavía. Lo consiguió en el sexto, dejando sensaciones maravillosas con su toreo al natural. Pero, sobre todo, llamó la atención la frescura, prestancia y la calma en sus formas. No pudo estar mejor, y eso es mucho decir en esas circunstancias.

Tan buena fue su actuación que le valió algún contrato para el mes de septiembre y octubre, importante el dato. Se ganó a pulso su presencia en la Feria de Otoño pero aplazaron el evento a la tradicional corrida del 12 de octubre. Volvió a brillar y de qué manera. Otra vez la muleta en la mano izquierda, dibujando naturales perfectos en la arena. De nuevo, el torero cargó la suerte, echó la pierna hacia adelante y apostó por el toreo más de verdad. El del todo o nada. Y tiene que ser el todo de cara al año que viene. Entre otras cosas, porque Las Ventas es la plaza más complicada del panorama mundial y hay que tener los conceptos muy claros para llegar y hacer el toreo de esa manera.

Uno de los matadores que más me han sorprendido en esta temporada, a nivel particular. A sus dos tardes en Madrid, sumo la de Logroño. Una faena a uno de La Quinta destacada por su aplomo y las ganas de hacer siempre las cosas bien, con la muleta puesta en la cara y tirando de los toros con una colocación perfecta. De haber sido televisadas sus dos tardes en Las Ventas, estaríamos hablando de una de las revelaciones de la temporada. Lo es, sin duda. Y Castellón, Valencia, Sevilla y las ferias de principio de año merecen un torero de este calibre. Las aficiones agradecerán a los empresarios la apuesta por matadores de toros con un concepto del toreo muy puro. Es el momento de Paco Ureña, debemos aprovecharlo.

 

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