domingo, 28 de julio de 2013

Emocionante fin de fiesta



Víctor Soria (Santander) / Burladero.com

Broche de oro para la Feria de Santiago 2013 con una desigual corrida de toros de Victorino Martín que ha propiciado el triunfo de Luis Bolívar. Muy cerca estuvo de conseguirlo también Javier Castaño, pero la espada le jugó una mala pasada. Francisco Marco sorteó el peor lote de la tarde. Lo más importante de este festejo es que nadie se aburrió en los tendidos. Hubo momentos de gran toreo y toros que ofrecieron espectáculo. Al fin y al cabo, la emoción es la base de la tauromaquia. Como dato curioso, en siete días de toros, no se ha devuelto ninguno a los corrales.



El matador de toros navarro Francisco Marco venía de triunfar en el día de ayer en Tudela y, sobre todo, de gustar en Pamplona por su toreo maduro, con poso. Vengativo fue el primer toro de la tarde, escaso de presentación para esta plaza. Remató en los burladeros y el torero intentó fijarlo en el capote pero echaba las manos por delante. Un puyazo caído no rectificado por el picador de turno, hizo daño al animal. Reponía, medía y se quedaba corto en la primera serie con la mano derecha. Excesivamente soso el astado encargado de abrir la función. Las únicas palmas se las llevó el navarro que mató de estocada baja.



Poco más pudo hacer con el cuarto. Entuvo muy bien con el capote Marco. El de Victorino tenía preciosas hechuras y ofreció un vibrante tercio de varas con Miguel Ángel Herrero sobre el equino. Empujó en las dos varas; la primera, de premio. Se marchó ovacionado el piquero. En el tercio de banderillas asistimos a un acto de gallardía por parte del subalterno Miguel Ventosa "Venturita" que resultó prendido en el tercer par cuando resbaló en la cara del toro. Lejos de venirse abajo, pidió otro par y lo colocó asomándose al balcón. Gran ovación. Brindó al público y el buen inicio por abajo hacía presagiar lo mejor. Estaba todo a favor del matador tras una buena tanda con la mano derecha. A partir de ahí, el burel se cansó de embestir y comenzó a echar la cara arriba a mitad del muletazo. Muy asentadoel torero, pero el toro había echado la persiana. Siempre queriendo el torero, fue el más noble hasta ese tramo del festejo. Estocada tendida y atravesada. Tuvo que hacer uso del descabello.



Verónicas de arte, cargando la suerte, las que interpretó Javier Castaño ante Paquecreas. Remate con media verónica y revolera ganando terreno. Primera gran ovación de la tarde. No empujó demasiado en el caballo. La brega de Marco Galán a ese toro fue todo un ejemplo de mejorar las cualidades de un toro sin molestar. Brillantísimo el peón. Se desmonteraron tras tres brillantes pares de banderillas David Adalid y Fernando Sánchez, algo habitual. Algunos critican a la cuadrilla de Castaño pero, cada día, dan una lección de cómo hacer la suerte. Y es que en las plazas de toros se ve cada cosa cuando tienen que lidiar un toro complicado... Bonito inicio de Javier pero el animal ya empezaba a meterse por dentro, sabiendo lo que se dejaba atrás. Reponía continuamente, era capaz de tragarse dos muletazos pero al tercero buscaba el cuerpo del torero. Emocionante tanda con la mano derecha, cargada de mando. Palmas a la labor del salmantino. Tremenda fue la mirada que Castaño aguantó al victorino sin mover un músculo. Habilidoso y mandón con la mano izquierda con varios naturales largos. Pero no había manera, el animal quería coger. Era su condición, muy lejos de lo que se le exige a un toro bravo. Casi al final de la faena, se traga dos muletazos larguísimos con la mano izquierda. Engañado, sin querer. Una pena el fallo con la espada porque tenía cortada una oreja de mucho peso. Alguien se atrevió a gritar desde el tendido: ¡Pedazo de toro! Ignorantes hay en todos los sitios.



La faena de Javier Castaño a Vergueta será recordada siempre por los buenos aficionados. Un torero asentado, firme, hondo, mandón, templado con un toro noble, bravo y encastado. Supongo que éste es el toro que busca criar el ganadero, los que embisten por derecho y con el morro por el suelo. Salió complicado para el capote pero el matador supo darle lo que necesitaba para que desarrollara sus cualidades. Tito Sandoval abandonó la plaza escuchando una estruendosa ovación por la demostración de toreo a caballo que había mostrado en la segunda vara. Otra vez desmonterada la cuadrilla, nada nuevo bajo el sol. Primeras tandas de muletazos sobre la mano derecha y pudimos ver poco a poco cómo Javier hacía romper el toro hacia adelante. Jamás llegó a rozarle las telas a pesar de torear al ralentí. Hacía el avión el de Victorino Martín y el torero lo aprovechaba con muletazos arrastrados y sentidos. Por el izquierdo ni hubo posibilidad. Siguió con la diestra para firmar una última serie impecable. Javier "Temple" Castaño se hizo presente en Cuatro Caminos. Lástima el primer pinchazo porque la segunda estocada recibiendo fue una de las más perfectas del serial. Muerte de bravo. Gran ovación para el astado y oreja para Castaño. Bien pudieron ser dos sin el fallo a espadas.



Luis Bolívar cerraba la Feria de Santiago y lo hizo por la puerta grande, nunca mejor dicho. En una plaza en la que premian a los triunfadores, estamos seguros de que se ha ganado un sitio de privilegio para el próximo año. Dos faenas cargadas de emoción, demostrando su extraordinario conocimiento de la ganadería. Su primero remató en los burladero y lo metió en su capote con maestría. Metía bien la cara en la brega del tercio de banderillas pero pareció echar el freno demadiado pronto. Se hacía con él a base de voluntad y tesón. Un verdadero especialista en los cárdenos que explotó hasta el límite las cualidades de un toro soso, sin emoción alguna. El astado no se llegó a entregar nunca, pero el colombiano puso todo lo que le faltaba a la faena para que cogiera vuelo. Estocada defectuosa pero efectiva que le valió una oreja.



La faena al sexto de la tarde fue de mucha más contundencia. La buena condición de Mecatero le valió a Luis Bolívar para cuajar una faena intensa. Tenía recorrido por el pintón derecho y el colombiano alargaba y cuidaba la embestida del animal. Vibró el tendido de Santander al poder ver un trasteo emocionante, con un toro que metía la cara con mucha calidad y un torero entregado a la causa. Si bueno fue por la derecha, mejor por la izquierda. Naturales desmayados con soltura y empaque. Nobleza por bandera y se podía ver a un matador de toros disfrutando de su profesión. Estaba cerca la puerta grande, a falta de un buen espadazo. Lo consiguió. El público pidió con fuerza las dos orejas, pero el cicatero presidente sólo concedió una.



FICHA



Plaza de Toros de Santander. Coso de Cuatro Caminos. Séptima de abono. Tres cuartos de entrada. Tarde agradable. Toros de Victorino Martín de presencia y juego desigual para:



Francisco Marco: silencio y silencio tras dos avisos



Javier Castaño: silencio tras aviso y oreja



Luis Bolívar: oreja y oreja con fuerte petición

No hay comentarios:

Publicar un comentario