Nació en Camas, uno de los pueblos sevillanos que mejores toreros ha dado a la tauromaquia, y vive los inviernos entre su tierra y el campo charro que le vio crecer como torero. En El Puerto de San Lorenzo toreó dos novillos como preparación a su inminente preparación en tierras americanas, lugar donde probará suerte tras una triunfal temporada en España donde ha cosechado varios triunfos importantes en plazas de entidad como Sevilla, Toledo, Plasencia o Coruña. Vive el campo como un ganadero más y se ha ganado la amistad de los ganaderos de Salamanca con su simpatía y sobre todo, sus innegables ganas de ser un torero importante.
Las suyas fueron dos faenas de distinto calado pero siempre manteniendo una de las bases del toreo, ir de menos a más. Fue capaz de meter en su muleta a los dos machos con técnica pero sin dejar aparcado el gusto y la clase de un torero profundo, conocedor de los encastes, con el temple suficiente para triunfar ante los aficionados más exigentes.
Ha sido capaz de meterse en el bolsillo a una de las aficiones más entendidas de nuestro país, la de Sevilla. Cortar tres orejas en dos temporadas como matador de toros en La Maestranza no está al alcance de cualquier torero pero uno de sus deseos más inmediatos, a parte de confirmar alternativa en la plaza de toros más importante del mundo, Las Ventas, es la de torear en La Glorieta de Salamanca donde casi se siente como un salmantino más. Buen torero y gran tipo Esaú Fernández.
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