lunes, 13 de octubre de 2025

¿Y AHORA QUÉ?

 

¿Y ahora qué? Es la pregunta de la afición taurina después de lo sucedido ayer en Las Ventas. La despedida de Morante de La Puebla ha supuesto un latigazo al aficionado, un bofetón a mano abierta, un jarro de agua fría que deja conmocionado al escalafón.

¿Y ahora qué? Pues ahora, hay que poner en valor todo lo que ha dado el torero de La Puebla a la tauromaquia. Hay que recordar y paladear, más si cabe, todas las obras de arte que ha dejado dibujadas en los ruedos de todo el mundo taurino. Hay que agradecer su grandeza, su valor, su estética, su arte, su sentimiento, su implicación con la tauromaquia. Hay que ser feliz, y estar feliz, por haber sido contemporáneo de esta época del toreo. Hay que agradecerle su empeño, (durante los últimos cinco años) de engrandecer la tauromaquia, de meter a la juventud en las plazas de toros, de templar las “embestidas” de los antis y de los políticos poco “colaboradores”. Hay que agradecerle, toda la grandeza que ha regalado a la tauromaquia, dejando ahora mismo el escalafón, huérfano de un “líder” que sea capaz de revolucionar el “tinglao”.


Morante de La Puebla ha sido capaz de poner a todo el toreo de acuerdo, de firmar las mejores obras de arte, basadas en el clasicismo, el valor y la torería. Ha sido capaz de ilusionar a la juventud, de revolucionar al clásico, y de enloquecer al artista. Todas esas cosas ha sido capaz de hacer Morante de La Puebla, por lo que ahora el aficionado, no tiene nada más que hacer que agradecer, engrandecer y valorar la figura grandiosa del toreo que es Morante de la Puebla.


¿Y ahora qué? Pues ahora, José Antonio Morante Camacho tiene que descansar, centrarse en su vida y curarse. Curarse de ese padecer que lo trae por la calle de la amargura, y que ha sido capaz, de lidiarlo con dignidad. Ahora se tiene que preocupar de la persona, de su felicidad, de su entorno y de su tranquilidad. Tiene que ser capaz de convivir, que lo va a ser, con su enfermedad, y ser feliz, y disfrutar de todo lo logrado. Disfrutar de la felicidad que ha generado en el aficionado, de las grandiosas obras de arte creadas, de la multitud de seguidores que lo veneran, de las amistades, de la familia, de su persona… Tiene que hacer lo que le plazca en su vida, porque se lo ha ganado con creces, y siempre tendrá el respeto, admiración y agradecimiento del mundo del toro. José Antonio, solo deseo una cosa; Que seas feliz.


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