domingo, 23 de marzo de 2025

ANDRÉS ROCA REY SE DESMELENA EN VALENCIA

 

La feria de Fallas de Valencia 2025, me ha servido para varias cosas. Ratificarme en mi idea de que a Dios le gustan los toros, y que cuando Él ve que no es el momento, te pone su Mano en lo alto para librarte de la desgracia, como ha sido el caso del sevillano Borja Jiménez. También me ha servido para volver a darme cuenta de que las prisas no son buenas, y que lo bueno que llega muy rápido y seguido, al final te pega el frenazo, como ha sido el caso del torero de Pepino, Tomás Rufo. Él lo tiene y ahora lo desarrollará con más calma y poso, lo que hará que sus triunfos permanezcan en el tiempo y den sus frutos de manera más sólida.

Pero lo que realmente me ha reconfortado, y de alguna manera me ha convencido, ha sido la actuación de Andrés Roca Rey en Valencia. Siempre se ha caracterizado por un torero de valor, entrega, cercanías, de públicos… pero es que ahora, además ha sacado lo que los aficionados intuíamos, el gusto a la hora de interpretar su toreo. No lo voy a negar, porque ni quiero ni debo, pero a mí personalmente la forma de torear de Andrés Roca Rey en las temporadas pasadas, cuando ha conseguido todo lo que tiene, cuando ha conseguido ser el que llena las plazas, cuando ha conseguido posicionarse en lo alto del escalafón, a mí, no me llenaba. Respetaba totalmente su forma de interpretar el toreo, admiraba su valor y entrega, pero me faltaba algo.

El pasado sábado 15 de marzo, con un gran toro de Victoriano del Rio, Roca se coronó toreando con gusto en el Rey del escalafón. Siempre se dice que un torero demuestra en la plaza lo trabajado durante el invierno, y Andrés lleva un año trabajando al lado del matador de toros cordobés, José Luis Moreno, que hace las funciones de asesor artístico, pues bien, Moreno se lo ha sacado y Roca lo tenía. Lo tenía bien guardado en su ser, lo dejaba intuir en alguna de sus actuaciones en temporadas pasadas. Lo que nos hacía comentar entre los aficionados; “el día que este tío quiera, va a cuajar los toros igual que ahora, pero imprimiéndole gusto y personalidad”. Pues bien, a las primeras de cambio lo ha hecho.

Se ha despojado de sus ataduras, se ha aflojado el corsé y ha dejado fluir su gusto y personalidad delante de la cara del toro. No es el mismo toreando con el capote, al que imprime temple, gusto y compás. No es el mismo cuajando los toros, con el mismo valor y entrega, pero con una dosis de gusto, verticalidad, y muchísima personalidad. Me da la sensación de que se siente libre, libre para enseñar su toreo, libre para mandar en su vida, libre para mandar en su profesión, libre para mandar… libre, en una palabra. Y todo eso hace de Andrés Roca Rey mucho mejor torero, mucho más amplio y global. Ahora mismo Roca, está en disposición de convencer al aficionado purista, al ortodoxo, al "bullangero" y al novato, porque su capacidad está por encima de modas y momentos. En Valencia ha demostrado que la pureza, el temple, el gusto y el compás forman (también) parte de su forma de interpretar el toreo, y eso lo hace aún más poderoso y libre.


 


 


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