ENTRETENIDA CLASE PRÁCTICA PARA CERRAR LAS FIESTAS EN TAMAMES

HUGO PANERO CORTA UN RABO EN SU PRESENTACIÓN EN PÚBLICO Y SALE A HOMBROS JUNTO A VÍCTOR PÉREZ QUE CORTO DOS OREJAS.

Siempre me ha gustado, ir a ver los festejos de La Escuela Taurina Diputación de Salamanca que se celebran por la provincia. Todavía con la resaca, de la recientemente finalizada, Feria Taurina de Salamanca, me acerque a la localidad salmantina de Tamames, a los pies de La Peña de Francia.

Ayer se celebró, como cierre de sus fiestas, en honor al Santísimo Cristo del Amparo, el último festejo taurino, una clase práctica con alumnos de La Escuela Taurina Diputación de Salamanca, después de haberse celebrado, capeas, encierros y dos novilladas sin picadores durante el pasado fin de semana.

Se lidiaron becerros de La Ventana del Puerto que, en líneas generales, a excepción del lidiado en primer lugar, que fue el más bruto, dieron opciones a los alumnos de La Escuela. Lo primero a resaltar, el valor, la entrega, la afición, las ganas, la raza y la ilusión por torear de los cuatro. Fue una tarde de perros, con un auténtico vendaval, a lo que los chicos hicieron caso omiso.

Fernando Vanegas (palmas), Iñigo Norte (oreja), Víctor Pérez (dos orejas) y Hugo Panero que se presentaba en público, (dos orejas y rabo), hicieron las delicias de los allí presentes. Cada uno con su estilo, sus armas y su capacidad, solventaron las inclemencias del tiempo para disfrutar de lo que más les gusta, torear.

Lo de menos son los trofeos cortados, es una clase práctica y sirve para corregir defectos, hacerse con el público, con el espectáculo… Pero no quiero dejar pasar la ocasión para destacar la entrega de Fernando Vanegas, el buen concepto de Iñigo Norte, la entrega y conexión de Víctor Pérez y la sorpresa del “novato” Hugo Panero, que no se amedrentó con sus compañeros y sacó a relucir todas sus armas.

 

 

 

 

Destacar la cantera de La Escuela Taurina Diputación de Salamanca que no termina de sorprendernos, ayer con un nuevo alumno que hacía su presentación en público, Hugo Panero y que demostró soltura, garbo, ganas, valor, entrega…; una gozada ver a chicos con una juventud casi insultante, que elijan la profesión más dura, más ingrata, con más sinsabores, con mucho riesgo… pero al final, la mas bonita.