Pues me voy a presentar, ya que el día que nací, en casa teníamos visita. Fue el pasado 6 de diciembre como a las 13 horas, y aquí estaba visitando la ganadería la Peña Taurina de Alejandro Marcos.
Fue una mañana fría de invierno en el campo charro, pero “mi jefe” José Enrique Fraile estuvo muy pendiente en todo momento de mi nacimiento. Enseguida se hizo cargo, me puso mi crotal e inyecto algo que no sé muy bien que era, pero me vino bien. El número de mi crotal, que luego me he dado cuenta que todos los animales que estamos aquí tenemos uno, es el número 1991 y ese número solo lo tengo yo, es como si fuera mi número de carnet de identidad. Mi nombre es Cardilisto, y pienso llevar este nombre a lo más alto de la ganadería.
Os voy a presentar a mi familia, que son una gran familia dentro de la ganadería, ¡ya tengo un hermano semental! Mi padre es del guarismo 4 y está herrado con el número 81, es un gran padre y está dando cosas muy buenas a la casa ganadera; su nombre es “Rayito” que viene desde hace muchos años, cuando el jefe de la ganadería era D. Atanasio Fernández. En el año 1971, seguramente mi tatarabuelo de nombre “Rayito” fue el toro con el que se doctoró José María Dols Abellán “Manzanares” cortándole las dos orejas y el rabo, nota inequívoca que la familia es muy buena.
Mi madre es la más bonita del campo charro, por algo es mi madre. Tiene una estampa preciosa y unas hechuras muy de la casa. El número con el que la marcaron es el 70 y es del guarismo 6. Se llama Cardilista, y la verdad es que es muy lista y buena. Otro nombre de la casa, de toda la vida, de las reatas buenas.
Ya tengo 5 meses y estoy como un roble. Vivo en un auténtico paraíso, Valdefresno, y me tratan muy bien. Ahora tengo que comer y crecer, y hacerme fuerte para demostrar cuando llegue el momento oportuno, la sangre brava y buena que corren por mis venas. Prometo seguir contando mis cosas, el trascurrir de mi vida y como va mi desarrollo. Por lo que me han contado mis hermanos de camada, lo próximo que me toca, es mi numeración en el herradero, que significará que ya soy uno más de la casa; ¡Que nervios y que ganas!
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