GRAN TENTADERO EN CASA DE J.ENRIQUE VALDEFRESNO

 

Ayer disfrutamos de un día intenso de campo, un día intenso en todos los sentidos, por actividad y por la crudeza del invierno charro; ¡qué frio!

Por la mañana visita a una gran ganadería y por la tarde tentadero en una casa con solera. Valdefresno, de José Enrique Fraile y familia, volvieron a abrirme las puertas de su casa de par en par, y la verdad que así da gusto ir a los sitios y disfrutar de su afición, dedicación al toro, profesionalidad y sobre todo de su amistad.

Tres toreros fueron los encargados de tentar y torear las seis interesantísimas becerras encerradas para la ocasión, el matador de toros Diego Carretero y los novilleros con caballos Yon Lamothe y Valentín Hoyos.

El tentadero comenzó con una vaca que era un cañón embistiendo, brava, bravísima, con gran transmisión, durabilidad, largura en la embestida, nobleza… una gran vaca. La segunda se pareció mucho a su hermana de tentadero, pero si nos ponemos exquisitos con una gran clase y profundidad en su embestida. Dos vacas que seguramente el ganadero habrá decidido que pasen a formar parte de las madres de la ganadería. Una cuarta vaca con una seriedad en su embestida que hacia el toreo mucho mas profundo. Y las otras tres, vacas para estudiar, profundizar en la técnica el torero y sacarles el gran fondo que tenían.

Un tentadero con tres toreros de distinto concepto que dieron una gran tarde de toreo. Una tarde en la que aprendí y me empapé de una gran fuente del toreo, Rafael González Amigo. Una tarde en la que descubrí un nuevo torero, alumno de la escuela de Valdemorillo, muy nuevo, pero haciendo o intentando hacer unas cosas de torero grande, su nombre es Juan Saavedra, no me quiero equivocar.

Juan Saavedra.

Una tarde de invierno heladora en Salamanca que gracias a lo que pasaba en la plaza de tientas, aguantamos todos hasta que la noche se nos echó encima. Tardes así, alimentan el alma y ponen el depósito de la afición a rebosar. Una gran casa para una gran tarde de tentadero.