Cuando un 31 de diciembre se reúnen un puñado de amigos adictos, viciosos, devotos, desenfrenados… algo bueno puede salir.
Adictos a la aventura, viciosos de tauromaquia, devotos de nuestra amistad y desenfrenados en alegría. Esta ha sido la reunión, como un año más en la finca “Casablanca”, de Antonio Martin.
Una vaca vieja, dos toros con cinco años y una “añojilla” ha sido el ganado que nos tenía preparado para disfrutar de nuestra afición. Las cualidades de los animales han permitido a todos, de mejor o superior manera, sacar a relucir el “figura” que tenemos dentro. Lógicamente los toros y las vacas eran a modo para “los artistas”.
Amistad, pasión, respeto y afición hacen el coctel perfecto para cualquier encuentro. Yo, personalmente de la mañana me quedo con una cosa que me ha llenado el alma, y espero que a ellos también; poder sacar por un par de horas del sufrimiento y la presión a dos buenos amigos, Javier y Alberto. Ojalá todo se arregle de la mejor manera posible y podamos disfrutar de más ratos como el de hoy.
Me ha dado vida, Nacho!! Gracias a todos. Salud y tiempo para más días así ��
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