Más de veinte años de matador de toros, matando corridas de toros con toda la barba, cuajadas y de los denominados hierros duros, y dando la cara siempre. Pues hoy era el primer día de su carrera que se enfrentaba al hierro de Cuvillo. Domingo López Chaves ha visto compensado su esfuerzo durante tanto tiempo, con el “caramelillo” (entre comillas porque no dejan de ser toros) de Cuvillo. Y mire usted por donde, también sale a hombros, una oreja a cada toro para salir por la puerta grande.
Plaza de toros de La Glorieta. Primera de abono. Tarde ventosilla, con nubes y agradable temperatura. Aparente lleno en los tendidos según la normativa Covid. Se guardó un minuto de silencio antes de romper el paseíllo por las víctimas de la pandemia. Toros de la ganadería de Núñez del Cuvillo; desiguales de juego y presentación. Ningún toro rompió para delante de verdad. El primero de la tarde el de mejor condición.
Domingo López Chaves de grana y oro; estocada que asoma, y estocada, oreja. Pinchazo, estocada y descabello, oreja.
José María Manzanares de sangre de toro y azabache; estocada, saludos desde el tercio. Pinchazo y estocada, oreja.
Andrés Roca Rey de gris perla y blanco; estocada, silencio. Pinchazo y estocada, dos orejas.
Destacaron en las cuadrillas José Chacón con los palos y en la brega, Daniel Duarte, Javier Gómez Pascual y Domingo Siro con los palos. Chaves y Roca salieron a hombros por la puerta grande.
Chaves es profeta en su tierra y lo volvió a demostrar. Dos faenas distintas a sus dos toros por la condición de los animales. A su primero realizo un trasteo que tuvo tu momento álgido con la diestra con muletazos de largo recorrido y mano muy baja. Con su segundo toro tiro de raza y mando, para acabar metido literalmente entre los pitones.
Manzanares tiene gusto para derrochar, empaque de sobra y un gusto exquisito en la conjunción de cada muletazo. Su primer toro a penas le permitió esbozar media docena de naturales y un cambio de mano colosal. Gusto y elegancia en la faena a su segundo, basada prácticamente al natural. Los mejores pasajes de la tarde sin duda, los firmó el alicantino.
Roca Rey dio la sensación de desgana con su primer toro. Bien es verdad, que ese toro tenía que haber vuelto a corrales por falta de fuerza. Con su segundo saco a relucir la raza y el valor que lo encumbro en el toreo. Arrimón final antes de cobrar la estocada.
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