domingo, 6 de septiembre de 2020

JUAN ORTEGA; LA NATURALIDAD DE LOS ELEGIDOS




Parece que la actuación de Juan Ortega en Linares ha causado revuelo entre los aficionados. Un torero que hace el toreo, con la naturalidad que tienen los elegidos y la cadencia que da el alma. No ha descubierto nada Juan Ortega, simplemente a él lo han descubierto los aficionados a sus seis años de matador de toros.


Este tipo de toreros, tienen la facilidad innata de conectar con el tendido enseguida, con un puñado de detalles o simplemente con sus formas de andar por la plaza. Esto quiere decir una cosa, que lo que este tipo de toreros tiene, Finito, Morante, Juan Ortega, Pablo Aguado, Curro Díaz, Garrido, De Justo… y otro puñado de elegidos, no se entrena, ni se compra, ni se copia; es sentimiento.
La personalidad es una cualidad muy importante dentro del toreo, y cuando sale un torero con personalidad propia, pone de acuerdo a todo el mundo. La personalidad de un torero, como la de cualquier humano, puede ser muy variada y todas aptas. Arrolladores, bulliciosos, enrazados, técnicos, suicidas, sobrios, clásicos… todo tipo de toreo es válido y necesario en el escalafón. Gustaran más o menos unas formas que otras, pero de lo que no tengo la menor duda, es que todas son valoradas y necesarias para la tauromaquia.


Otra cosa muy distinta es el toreo que pellizca el alma, que pone los sentimientos a flor de piel, que eriza el bello y hace saltar las lágrimas… ese tipo de toreo es el que llena, el que llega y el que perdura en la mente y el alma. Son obras de arte efímeras, con duración limitada en el reloj, pero eternas en el tiempo. Juan ortega ha irrumpido en este catálogo de toreros con una fuerza arrolladora, con una naturalidad envidiable y con un sentimiento extremo. Un torero que puso a Madrid de acuerdo con cuatro “perlas” sus tardes del año pasado. Este año, con su actuación en Linares, que pudo ver toda la afición por televisión (Gracias a Dios), ha puesto al aficionado con todos sus sentidos pendiente de sus actuaciones. Un torero este Ortega, que he seguido desde hace tiempo, que voy a estar pendiente de él, y que voy a seguir su recorrido. Por una simple razón; me llena el alma cada vez que lo veo.



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