jueves, 24 de octubre de 2013

VICTOR SORIA TIMBALERO 2013




El próximo viernes día 25 de octubre el hotel Horus Salamanca hace entrega de los premios taurinos Timbalero en su edición  XIX al periodista taurino que este año recae en mi compañero Víctor Soria, por un articulo publicado en Burladero.com el pasado 14 de septiembre titulado “Robo a El Capea”, y el premio fotográfico en su edición XIV para el fotógrafo de La Gaceta de Salamanca, Manolo Barroso por una instantánea en la que capta el momento en el que Eduardo Gallo interpreta una “Bernardina” a un toro de Montalvo en la corrida del 13 de septiembre. La entrega de los premios se realizara en el transcurso de una cena benéfica organizada por el hotel para recaudar fondos para Proyecto Hombre Salamanca.

Me hizo especial ilusión cuando me entere del fallo del jurado, que otorgaban el premio a Víctor Soria. Sentí que algo me tocaba, como si formara parte yo de este galardón. A parte de ser compañero, primero es amigo, y el concepto que tengo yo de él como profesional es ese, que es un gran profesional. Poco a poco se ha ido haciendo un hueco en este difícil mundo del periodismo taurino, lleno de intereses y malas interpretaciones. No se deja amilanar por nada ni por nadie, y “su verdad” va siempre por delante. Ve con mucha facilidad lo que pasa en el ruedo, y eso demuestra lo buen aficionado que es, algo fundamental para estar en este “tinglao”. Víctor escapa siempre del compadreo y el amiguismo, vela por la integridad del espectáculo y defiende al aficionado, alaba las virtudes y denuncia los defectos, sean de quien sean y donde sean, tiene en su cabeza a muchos toreros que le interesan de distinto corte y condición, (por encima del resto José Tomas), no se deja influenciar por el entorno y vive la profesión como una forma de vida, de disfrutar de la vida.
Soria es muy joven y le queda mucho carrete por delante, este premio debe de tomárselo como un estimulo, no dormirse en los laureles y seguir en la línea en la que esta. El camino es el bueno, saldrán enemigos, tantos o más que amigos, pero al final quedara la satisfacción del trabajo bien hecho. Yo tengo dos satisfacciones con Víctor Soria ahora mismo, una es este Timbalero, y otra más importante su amistad.

EL ROBO A CAPEA



Tarde de emociones la vivida ayer en la Plaza de Toros de La Glorieta. Con corridas de toros así, por muchos antis que haya en el mundo, esto no acabará jamás. Magnífica de presentación y juego la de Juan Ignacio Pérez Tabernero, uno de los ganaderos que está volviendo a colocar en su sitio a la Salamanca ganadera. Orgullosos desde el tendido, los salmantinos asistían a un espectáculo difícil de ver hoy en día. Seis toros de Montalvo de impecable estampa que embistieron, en su mayoría, con bravura y transmisión. Con el toro de verdad en el ruedo todo funciona, está claro.
Decía en el título de mi opinión El robo a Capea. Inmoral comportamiento del tendido charro con uno de los suyos. No pido que se le regale nada por el simple hecho de haber nacido en la capital del Tormes, pero tampoco quitarle méritos por su apellido. Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea", una de las figuras del torero de la historia reciente, tuvo que soportar el desaire de una plaza que jamás terminó de entregarse a su toreo. Triunfaba por todas las plazas del mundo llegando a ser un verdadero ídolo de masas y en su casa le negaban el pan y la sal. Para colmo, aunque a muchos les escueza a diario, se convierte en un tremendo ganadero lidiando sus murubes en las ferias más importantes. Ayer, con el segundo toro de la tarde, no reconocieron una labor casi perfecta con un toro manso que sólo tenía una lidia para romper hacia adelante. Y era la lidia que le dio Pedro Gutiérrez "El Capea". Nadie apostaba un duro y a base de tesón y mucha firmeza sacó de la chistera muletazos impecables de ejecución y temple. Sentí vergüenza por momentos, lo confieso. Pena porque no valoraron el esfuerzo de un torero al que midieron más por sus apellidos. Para colmo, fue el único que mató bien. Oreja de ley que le birlaron por toda la cara. Hay que decirlo y no taparse, señores. No pasa nada por ver torear bien, despacio, encajado, con hondura y madurez a El Capea. Por no hablar del comienzo de faena con el segundo de su lote con dos ayudados por alto que si salen de la muleta de otro hubiera sido de lío gordo. Si ese toro no se pega ese costalazo tan fuerte, le arranca las dos orejas al más puro estilo de su señor padre; a base de garra. Esa que lleva por sus venas y saca a relucir en los grandes momentos. Basta de prejuicios.
Por cierto, enhorabuena a Eduardo Gallo por su actuación y a David Mora, que tuvo en la mano tres orejones de ley y se tiró a matar o morir en el sexto para conseguir salir a hombros por la Puerta del Toro. Los mejores muletazos de la tarde salireron de la inspiración del madrileño con el tercero; sus verónicas y el inicio de faena, para enmarcar. Lo dicho: vaya a los toros a disfrutar y dejen sus filias y fobias en casa. Vivirán más.

Articulo publicado en Burladero.com el pasada 14 de septiembre.

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