martes, 30 de octubre de 2012

Miguel 'el de Linejo' se corta la coleta



El viejo mayoral de bravo es una especie en vías de extinción. Pocos son los hombres que dedican su vida en cuerpo y alma a esta dura profesión. Dedicación plena hacia un animal al que cuidan, miman, y veneran.
Hoy en día a cualquier chaval aficionado al mundo del toro, le propones que dedique su vida al campo y esté pendiente del toro 24 horas al día todos los días del año y la inmediata es decirte: “ni en broma”.


A Miguel le viene impuesto en el ADN. Su abuelo fue mayoral, su padre mayoral, él desde pequeño lo ha vivido así. Comenzó su andadura en este duro oficio en su pueblo natal, Almodóvar del Río (Córdoba), donde trabajaba su padre y al que ayudaba en las tareas de campo.
Allí estuvo hasta que hizo el servicio militar. De allí marcho a la finca de Victorino Martín, en la que estuvo seis años. Recuerda que a su llegada advirtió que podía ser que no todo le saliera bien, ya que era un chico joven y aún poco experimentado, a lo que Victorino le contestó “no tengas problema que yo te ayudo en lo que necesites”. Y así fue, cada vez que necesitaba algo allí estaba Victorino para echarle una mano.
Después de su experiencia en casa de Victorino decidió venirse a Ciudad Rodrigo, donde montó un picadero de doma de caballos, otra de sus grandes aficiones. En aquella época, raro era el concurso de acoso y derribo en el que no apareciera el nombre de Miguel.


Miguel Sánchez Rodríguez, es el mayoral de Linejo desde hace 34 años. En el año 1978 apareció en esta finca buscado por D. Juan Mari Pérez Tabernero, al que hablaron de un chico que estaba en Ciudad Rodrigo que le podía valer. Desde entonces ha desempeñado las labores de mayoral en la ganadería de Montalvo.




Ahora  llega el momento de la jubilación, de descansar y dejar paso a otros. Seguro que a este pedazo de profesional se le amontonan los recuerdos, las vivencias, las anécdotas… Los sinsabores, pero también las alegrías. El ultimo día de trabajo en Linejo como mayoral de la ganadería de Montalvo, cumplirá como siempre con sus obligaciones, y cuando lo tenga todo hecho, montara en su caballo e ira a despedirse de los que fueron sus toros. Les hablará como siempre, les dirá lo que en ese momento se le venga a la cabeza y seguro se le escapara más de una lagrimilla de nostalgia…. Porque los mayorales como los toreros, nunca se retiran del todo, y siempre vivirá en mayoral.


 Siempre acompañado de su fiel compañera y esposa Maria Reyes, con la que ha compartido esta larga andadura, y han criado a sus cuatro hijos; Manuel, Miguel, Marivi y Fran. Toca el momento de disfrutar de la familia, de ver el toro desde la barrera con la misma afición de siempre, pero desde otro punto de vista. Toca descansar y contar historias a los nietos y a los amigos, y porqué no, presumir de ser un hombre de campo y un hombre del toro. Pero sobre todo un hombre de los pies a la cabeza. Toca hora de disfrutar de lo vivido. Enhorabuena Miguel, y ¡a disfrutar de lo que quieras!
Te lo has ganado.


1 comentario:

  1. es un gran hombre. y los que aman el toro de verdad hay muy pocos y el es un ejemplo . Y si lo es , un ejemplo a seguir.

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