Julio Aparicio ha dicho adiós a su profesión, seguramente la más bonita del mundo. La que le ha dado grandeza, éxitos y quebraderos de cabeza a partes iguales. A la que ha querido y ha respetado hasta sus últimas consecuencias. Ahora, cuando peor le rodaban las cosas decide dejarlo y cortarse la coleta en la plaza más importante del mundo, Las Ventas. Después de dos actuaciones realmente malas y faltas de recursos le sale la vena torera, la de artista que le ha acompañado siempre y decide dejarlo y no hacer pasar sofocos a la afición y a él malos ratos. La misma plaza en la que sufrió una de las cornadas más terribles y desagradables que se han visto en muchos años, que lo dejo mermado de valor y de sitio para volver a sentir la gloria del toreo. La misma plaza que le vio en una de las faenas más bellas y de más arrebato de los últimos 20 años. En esa misma plaza dice adiós a los toros. Que sea para bien y desde estas lineas recibe nuestro respeto y sentido homenaje a tu trayectoria como torero artista y de arrebato con mayúsculas. Que disfrutes lo conseguido.
Respeto mucho a todos los toreros y los admiro, se juegan la vida en la plaza y son personas con sentimientos y pienso, que como artistas que son, también muy sesibles. Aparicio merece mis máximos respetos,pero él mejor que nadie,sabe en el momento que está y la responsabilidad que supone San Isidro y no debería haber ido a Madrid. No es excusa que es un torero artista porque ni lo ha intentado. Por otro lado le deso lo mejor, se lo merece.
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