sábado, 27 de julio de 2024

¡¡NO ME HAS DADO TIEMPO PEPE LUIS!!

La verdad que no lo entiendo, que con el temple que has tenido siempre hayas tenido tanta prisa en marcharte. No me has dado tiempo Pepe Luis, con la ilusión que me hacía.

Recuerdo aquel día en Cabezal Viejo, en el 2015, que llegó el aroma de San Bernardo al campo charro, que embriago cada rincón y perfumo cada encina. Recuerdo perfectamente Pepe Luis, tu discreción, tu forma de contemplar lo que acontecía a tu alrededor. Recuerdo perfectamente tu manera de ver la vida, de sentir, de pensar, pero sobre todo de actuar.

No me has dado tiempo Pepe Luis, con la ilusión que me hacía poder mantener una conversación contigo, más que una conversación, escucharte, embriagarme con tu sapiencia, con tu manera de sentir, con tu manera de ver la vida y sobre todo el toreo. No me has dado tiempo Pepe Luis, con la ilusión que me hacía.

Cruce contigo una veintena de frases, poco más, y no me hizo falta más para entender tu pureza, tu sensibilidad, tu temple, tu misterio, tu discreción, incluso tu timidez y tu buen corazón. No me hizo falta más para entender que estaba ante un hombre especial, una persona con una sensibilidad fuera de lo común, un hombre que había nacido torero y se moriría torero, como desgraciadamente lo has hecho.

No me has dado tiempo Pepe Luis, con la ilusión que me hacía. Poder entender la esencia de la vida, como solo tú lo hacías. No me has dado tiempo a entender el toreo con la sensibilidad, el temple, la pureza, la verdad y el corazón con el que tú la sentías. No me has dado tiempo Pepe Luis, a intentar imitarte, a intentar buscar las musas en los rincones, a intentar ser discreto, sensible, puro, verdadero y sobre todo buena persona. 

No me has dado tiempo Pepe Luis, pero lo que has dejado entre los mortales es imborrable, impagable e insuperable. Siempre te recordare con una profunda admiración, con veneración, con el temple suficiente que da el haber estado con un hombre bueno. Siempre te recordare con pureza, con verdad, con esa mirada azul profunda y pura.

Seguro que cuando hayas llegado al cielo, las cosas allí arriba se han hecho más puras, más sensibles, más toreras, más discretas y con mayor verdad. No me has dado tiempo Pepe Luis, pero me ha servido el conocerte para sentir la vida de otra manera. Descansa en Paz Maestro.   


 


 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario