“LA SONRISA DE MARIA” lució en la plaza de toros cubierta
de Alba de Tormes, con un interesantísimo encierro de seis ganaderías charras,
con la entrega de los tres toreros, y la preciosa sonrisa de María.
Plaza de toros de Alba
de Tormes con medio
aforo cubierto a la misma hora que jugaba la selección española de futbol.
Toros de distintas ganaderías; 1º Toros
Orive: con temperamento. 2º Montalvo:
bravo, con entrega y buen juego. 3º Puerto
de San Lorenzo: noble y justo de fuerza. 4º Torrealba: encastado. 5º Juan
Manuel Criado: bravo y codicioso; premiado con la vuelta al ruedo. 6º Loreto Charro: bravo y con gran
profundidad en las embestidas: premiado con la vuelta al ruedo.
David Fandila “El
Fandi” de blanco y
oro con remates en negro; Estocada; dos orejas. Estocada; dos orejas y rabo. También
estoqueo el toro que hirió a Gonzalo Caballero.
Gonzalo Caballero de rosa palo y oro; Resulto herido
al final del trasteo. Dos orejas que recoge la cuadrilla.
Manuel “Diosleguarde” de nazareno y oro; dos pinchazos,
media y cuatro descabellos: silencio. Dos pinchazos y estocada: oreja. Pinchazo
y media: dos orejas.
Fandi y Diosleguarde abandonaron el coso Ducal a hombros acompañados por María y su eterna sonrisa. A esas horas
Gonzalo Caballero ya estaría en
manos de los facultativos en El Hospital Clínico de la capital charra.
David Fandila “El
Fandi” desplego todo
su repertorio en Alba de Tormes. Cubrió con gran acierto todos los tercios y
demostró su conocimiento de terrenos, distancias, toques y alturas. Con la
espada un auténtico cañón.
Gonzalo Caballero lidio solo un toro, y a la postre
uno de los mejores del encierro, por entrega, bravura y calidad, un gran toro
de Montalvo. Caballero lo trato como merecía el toro, con temple, poder y
entrega. Realizo un trasteo de mucho interés. En las postrimerías de la faena
fue prendido sufriendo un auténtico palizón, con triple fractura de humero y de
tres costillas.
Manuel “Diosleguarde” lidio tres toros de distinta
condición por el percance de su compañero. Con el de Torrealba se entregó y
aposto, que era lo que demandaba el animal. El del Puerto necesitaba suavidad y
temple, Diosleguarde lo consiguió en distintos tramos del trasteo. Y con el
sexto, de Loreto Charro, disfrutó al natural las templadas, entregadas y
rítmicas embestidas del animal. Con la espada se atascó.
Una bonita tarde en la plaza de toros Ducal de Alba de Tormes
a beneficio de “LA SONRISA DE MARIA”
en la que se comprobó que la cabaña brava del campo charro está de dulce, con
tres toros de bandera. María demostró lo “grande” que es, por entrega,
sacrificio, pasión y fe, pero sobre todo por esa eterna y sincera sonrisa que
llega al alma.
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