Entretenida tarde de toros en “La Ancianíta” de Béjar con la clase magistral de los antiguos alumnos de La Escuela Taurina Diputación de Salamanca. Hubo contenido, pero exceso de trofeos.
Plaza de toros de La Ancianíta (Béjar). Más de medio aforo cubierto en tarde soleada y agradable temperatura. Novillos de 1º López Chaves; rebrincado. 2º El Collado; premiado con la vuelta al ruedo. 3º Charro de Yen; de buen juego. 4º Montalvo; sin clase. 5º Escudero de Cortos; noble y de buen juego. 6º Sánchez Herrero; bravo y de buena condición.
Salvador Ruano; estocada caída: oreja.
Juan del Álamo; pinchazo y estocada: dos orejas y rabo.
Manuel “Diosleguarde”; estocada: dos orejas y rabo.
Antonio Grande; estocada: oreja.
Alejandro Mora; más de media en el hoyo: dos orejas y rabo.
Raquel Martin; estocada en el hoyo: dos orejas y rabo.
Cualquiera que lea la ficha del festejo, pensará que la tarde estuvo llena de grandeza y argumentos; pero no fue así. A los novillos les faltó presencia y entrega en la mayoría de los casos, el público estuvo muy cariñoso con los toreros y el palco muy benevolente.
Ahora bien, hubo cosas a destacar y con mucho fondo. La entrega y el oficio de Juan del Álamo con un gran novillo de El Collado, 24 horas antes de hacer el paseíllo en Zaragoza.
Nada más pasear los máximos trofeos de su novillo, se despidió del público y puso rumbo a la capital maña. Faena de temple y conocimiento de “Diosleguarde” que realizo un trasteo lleno de caricias y mando, ante un novillo que dio un buen juego en la muleta. Despaciosidad, gusto y torería en el trasteo de la novillera Raquel Martin, que se rehízo después de sufrir un tantarantán con el capote.
Estuvo dispuesta y centrada en todo momento. Mato de un soberbio volapié.
Cerro el festejo, por confusión en la salida de los novillos, el reciente matador de toros Alejandro Mora, que desplegó, casi sin despeinarse, la torería, el gusto y el mando que atesora.
Una Clase Magistral de antiguos alumnos de La Escuela Taurina Diputación de Salamanca, que me reafirma en mi teoría de que las escuelas no crean clones, “simplemente”, (lo de simplemente entre comillas, porque de simple no tiene nada) enseñan el oficio, y luego cada torero lo desarrolla como sabe, o como siente.
La Virgen preside el festejo desde "su" localidad en el tendido
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