¡QUÉ BONITO BROCHE!

 

Qué bonito es el toreo. Qué bonita la entrega de dos hombres que lo tienen hecho todo, y aun así, salen a cara de perro en la tarde de su despedida. Qué bonito el compañerismo, la capacidad, el sacrificio… y sobre todo la humildad.

Plaza de toros de La Glorieta. Ultima de abono. Tres cuartos largos de aforo cubierto en tarde entoldada y fresquita de temperatura. Corrida concurso de ganaderías. 1º “Cartuchero” de El Puerto de San Lorenzo; noble. 2º “Enrrollado” de Garcigrande; pronto y repetidor. 3º “Lirio” de José Enrique Fraile de Valdefresno; Bravo, con movilidad, nobleza y entrega. 4º “Avenero” de Domingo Hernández; noble. 5º “Jabalino” de Carmen Lorenzo; noble y con entrega. 6º “Ateneo” de García Jiménez; noble, de gran calidad y franqueza. Premiado con la vuelta al ruedo.

Domingo López Chaves de azul celeste y oro (el mismo vestido de su alternativa 18/09/1998); Media en lo alto: dos orejas. Pinchazo y estocada: oreja tras aviso. Dos pinchazos y estocada: oreja.

Julián López “El Juli” de sangre de toro y oro; Pinchazo y estocada: oreja. Dos pinchazos y media: saludos. Estocada: dos orejas y rabo.

“El Pilo” resulto herido al caer en la cara del toro tras parear al segundo dela tarde. Fue intervenido en la enfermería de la plaza.

Hoy no quiero hacer una crónica al uso, hoy no es día para ello. Hoy quiero disfrutar escribiendo, lo que he disfrutado viendo cómo se retira un torero en plenitud. Domingo López Chaves, con veinticinco años como matador de toros, ha salido al ruedo de La Glorieta, con la capacidad, la entrega, la raza, el pundonor, la gallardía… como si necesitara firmar más contratos. Su última tarde como matador de toros, arropado por su familia, su gente, su pueblo, su plaza… Qué bonito lo has hecho Domingo. Como has sido capaz de emocionarnos y ver que el final estaba cerca. Que bonitos los brindis de la tarde, a tu madre, al maestro “El Juli" y tu último toro, a tu compañera de viaje, a tu mujer, escoltada por tus dos pequeños… que bonito amigo. Qué bonito cuando tus dos hijos, agarrándote las manos, caminando firmes los tres juntos, al centro del ruedo de La Glorieta. Rodilla en tierra y tus hijos te cortan la coleta… se me vuelven a saltar las lágrimas como esta tarde en la plaza… es difícil de escribir cuando las lágrimas te impiden ver las letras del teclado… pero son lágrimas de felicidad, de alegría, de ver que has conseguido lo que te has propuesto, y sigues siendo igual de humilde. Hoy no ha sido tu despedida, las despedidas son tristes. Hoy ha sido la gran fiesta final de tu trayectoria como matador de toros. Disfruta de la vida; te lo has ganado.

Domingo, no elegiste uno para que no te hiciera sombra en tu día, no señor. Al más gallo del corral. Julián López “El Juli”, con veinticinco años de alternativa a sus espaldas, y tirando del carro de la tauromaquia otros tantos. Figurón indiscutible del toreo, y otro “perro” enrrazado. No te dejo respirar, y tampoco se iba a dejar comer la tostada (por muy despedida tuya que fuera), y en el sexto, de postre, armo la “marimorena”. También se despedía de La Glorieta y quería dejar un buen sabor de boca a la afición, y menudo que lo hizo.

Gran tarde de toros, de toreros, de ambiente, de sensaciones, emociones, nostalgias… Gran tarde de vida. Domingo disfruta de tu gente, de tu campo, de tu familia, de tu mujer, de tus hijos… disfruta de lo que quieras, porque te lo has ganado. Enhorabuena y gracias.