lunes, 10 de octubre de 2022

AERSCYL; LECCIÓN DE VIDA


 

La sonrisa de un niño siempre es algo bonito, pero las sonrisas de los niños ayer en Ledesma, fue algo especial. Nos emocionó a todos ver como la solidaridad y el apoyo a una buena causa fue todo un éxito, y nos hizo saltar alguna lagrima (a mí por lo menos) ver la carilla de felicidad de esos niños y sus familias. ¡Qué grande es el toreo!

Plaza de toros de Ledesma. Tres cuartos de aforo cubierto en tarde ventosa, con lluvia intermitente y baja temperatura. Festival sin picadores a beneficio de AERSCYL. Novillos donados por las ganaderías; 1º Castillejo de Huebra, noble. 2º Domingo López Chaves; bravo con movilidad. 3º José Ignacio Charro; parado y sin entrega. 4º Miranda de Pericalvo; sin rematar. 5º Montalvo; con movilidad. 6º Adelaida Rodríguez; noble. Para los matadores de toros:

Domingo López Chaves; media en lo alto: dos orejas y rabo.

David Fandila “El Fandi”; estocada: dos orejas y rabo.

Pedro Gutiérrez “El Capea”; estocada: dos orejas y rabo.

Alumnos de La Escuela Taurina Diputación de Salamanca:

Manuel Tabernero; estocada: dos orejas.

Cristiano Torres; pinchazo y estocada: dos orejas.

Jesús Iglesias; cuatro pinchazos y estocada: oreja.









La solidaridad de Domingo López Chaves, que es el alma de este festival, junto a sus compañeros de cartel Fandi, Capea, Manuel, Cristiano, Jesús, sus cuadrillas, los mozos de espadas, alguacilillos, mulilleros… y todos los que hicieron (desinteresadamente) posible el festival, consiguiendo la magnífica respuesta de la afición y la felicidad de muchas familias.




 
 




Todavía me emociona recordar la imagen de las familias de AERSCYL en el centro del coso ledesmino, y la plaza, casi llena, en pie, tributándoles una clamorosa y sentida ovación. Seguramente se sintieron reconfortados, pero lo que no saben, es que, con su actitud, su manera de afrontar la vida, su gratitud, su entrega, su dedicación y entusiasmo, nos dieron a todos los presentes un mensaje de grandeza casi extinguido en la sociedad que vivimos. Las caras de felicidad de esos niños, dando la vuelta al ruedo con los toreros, recibiendo la ovación del público, sintiéndose protagonistas de “su fiesta”, no se paga con dinero. En el centro del ruedo mostraron una pancarta en la que se podía leer “Gracias”; las gracias a todos los que forman la familia AERSCYL por darnos una lección de vida y por hacernos partícipes de su entrega.


 

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