miércoles, 7 de julio de 2021

LAS COSAS DE LAS COSAS; LAS COSAS DE FINITO DE CÓRDOBA

 

El pasado sábado en la localidad de Arévalo (Ávila), disfruté con una corrida de toros de Domingo Hernández y Garcigrande, con toros de distinta condición y matices. La lidiaron y estoquearon Finito de Córdoba; silencio y oreja. Ginés Marín; oreja y dos orejas y el onubense David de Miranda (sustituía al lesionado Fortes); oreja y palmas. Muchas fueron las cosas buenas de la tarde por parte de los toros y de la terna, y muy buenas sensaciones me dejo la afición de Arévalo, plaza en la que debutaba.


Pero os voy a contar lo que realmente me dejo pleno, lleno a rebosar de ilusión, de interés, de afición y la cabeza loca intentando interpretar las faenas del torero de Córdoba. No voy a descubrir ahora a Finito de Córdoba, (el que no lo vea tiene un problema), pero si el momento que atraviesa. Faenas de catedra, de magisterio, de enseñar en las escuelas taurinas; de paladear y disfrutarlas.




Gusto, cadencia, compas, armonía de movimientos, poso y reposo, estética y técnica. La forma de convencer a los animales, de marcarle los caminos, de abrir las embestidas… las distancias, los toques, las alturas… para una vez conjugado todo eso (solo apto para privilegiados), erguir la figura, clavar los talones en la arena, meter los riñones, subir el pecho al mentón y cuajar el muletazo… así dicho parece hasta fácil, pero es para los elegidos.




Siempre me he decantado por este tipo de interpretación del toreo, no por nada, simplemente porque es el que me llena el alma. Siento profunda admiración por todos y cada uno de los hombres y mujeres que se visten de luces y son capaces de expresar algo, de jugarse la vida por el mero hecho de crear una obra de arte tan efímera como un castillo de arena, que según se está construyendo se va diluyendo como un terrón de azúcar.


Pero cuando uno es capaz de crear algo, (Finito lo es) así de efímero pero que a la vez resiste en el tiempo… es algo que únicamente está al alcance de los elegidos. Parafraseando al maestro de Jerez Rafael de Paula; “… son las bolitas esas que te caen, y te caen bien…” “las cosas de las cosas”.

 

 


 

 

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