domingo, 14 de marzo de 2021

OCTAVIO CHACÓN; VALOR Y ENTREGA

 

Volvemos a “Casasola” a rematar con el tercer acto una gran tarde de toros en la que se juntaron tres toreros, Domingo López Chaves, Juan Diego y Octavio Chacón, con las embestidas de unos novillos que propiciaron una gran tarde de campo para el recuerdo.

Octavio Chacón es un torrero forjado en las corridas duras y en la dureza de la tauromaquia. Toma la alternativa el 28 de febrero de 2004 en El Puerto de Santa María con una corrida de toros de José Luis Pereda, cortando las dos orejas a su toro de alternativa, actuando de padrino Javier Conde y de testigo Matías Téjela. 


Tras el éxito cosechado durante su primer año de matador, el número de festejos contratados empezará a disminuir en los años siguientes. Sin embargo, se vestiría de luces en importantes plazas como Jerez, Sevilla, Algeciras, El Puerto o Antequera, donde cortaría tres orejas de los toros de Gavira.




En ese momento decide marcharse a América, y Perú es su nueva patria. Allí vive la dureza de la soledad, la distancia de los suyos y una tauromaquia totalmente distinta a la europea. Se forja a base de esfuerzo, sacrificio, constancia y afición, triunfando en muchas de sus actuaciones, pero teniendo poco calado en España. No decae en sus intenciones y sigue luchando por esos mundos de Dios intentando “ser alguien” en el toro.

A Octavio no se le puede preguntar, o no se le debe preguntar ¿A que huelen las nubes?; se le puede preguntar: ¿a que huele la sangre, el sudor, las lágrimas, el sufrimiento, el polvo, el barro, la soledad…? Todas esas cosas se le pueden preguntar porque lo ha vivido. Pero también se le puede preguntar ¿A que huele la recompensa? Muchas veces el fin justifica los medios, en este caso está claro que todas las fatigas vividas le han servido para madurar como torero y como persona, para poder poner el conocimiento adquirido al servicio de su profesión.



Un superdotado técnicamente, conocedor de los animales y de sus cualidades, con la facilidad innata de enseñarlo a los públicos antes de enjaretarles la faena precisa. Tenaz, capaz, solvente, con gran valor y cuando el animal le deja, con estética.


 Mucho esfuerzo y entrega le han dado el poso de la madurez y lo vivido. Por eso no va a dejar escapar la oportunidad, ganada a base de entrega, que le ofrece el toreo.

 

 


 

 

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