sábado, 6 de marzo de 2021

DOMINGO LÓPEZ CHAVES EN SU MEJOR MOMENTO

 

Esta semana ha sido una semana de mucha actividad en el campo charro. De esas semanas en la que disfrutas, aprendes y te entusiasmas con lo que ves. Vinieron de Algeciras mi amigo Antonio Cava, gran profesional y excelente persona, con mi otro amigo y su poderdante Octavio Chacón, torero muy poderoso, entregado a su profesión y un gran hombre, a los que acompañe durante cuatro días por distintas fincas para su preparación de cara a la temporada. Ramón Rodríguez “Espioja”, “Casasola” de D. Antonio Martin Tabernero, “Montalvo” de Juan Ignacio y Nicolás Fraile de Valdefresno.

 

En tres de los cuatro sitios, Octavio Chacón estuvo acompañado y “aconsejado” por Domingo López Chaves, que atraviesa por el momento más sentido y artístico de su carrera. Juan Diego también actuó el día de Casasola, dejando constancia de su categoría humana y sus excelentes formas de interpretar el toreo. Por todo ello esta semana merece y mucho la pena dividirla en tres entradas, una para cada torero, por la magnitud, entrega, gusto, poder, sentimiento, expresión y afición demostrada ante los animales. Vamos a ser escrupulosamente taurinos y vamos a seguir el orden de antigüedad.




Hace diez años Domingo López Chaves era un torero al que yo respetaba por el compromiso y entrega con su profesión, pero sin entusiasmarme en su concepto. Desde hace más o menos tres años, lo sigo con mayor frecuencia y regularidad, después de haber observado en él un cuajo, reposo, gusto y estética que nada tienen que ver con el Chaves de hace quince años.



Ahora mismo, gracias a su generosidad de dejarme acompañarlo, aprendo cada tarde del torero y del hombre. Tiene la madurez que dan los años de profesión, la capacidad de seguir creciendo día a día sin la presión que genera la obligación de triunfar, la afición de seguir indagando y aprendiendo de su profesión, la estética y el gusto que salen de su alma, y la capacidad de plasmarlo de forma natural y entregada. Realmente me siento un privilegiado en poder acompañar a López Chaves en algo tan íntimo y personal como es un entrenamiento.



Y me siento como un niño la noche de reyes pudiendo acompañar a Domingo, el hombre, que entrega como ninguno, su momento, sus conocimientos, su educación, sus valores y su capacidad de crecer en la profesión. Una autentica gozada poder “formar parte” de estas jornadas de puesta a punto.


 


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