La verdad es que la situación por la que está pasando el país
entero, es muy complicada, y lo peor de todo es que es nueva y nadie lo sabe
gestionar. El gobierno, me da igual del partido que sea, ha tocado este, y este
se está comiendo el marrón. ¿Que ha fallado en cosas?, en la mayoría, diría yo.
¿Qué le cuesta gestionar y dar soluciones al problema?, hasta los niños lo ven.
Pero sé que de esta saldremos como hemos salido de otras cuantas, heridos pero
salimos.
Con la gente del toro me está pasando algo parecido. Da la sensación
que está mirando "al tendido" para ver cómo van sucediéndose los
acontecimientos sin tomar cartas en el asunto. La semana pasada anunciaron a
bombo y platillo una reunión con el ministro de cultura, de la cual no sacaron
muchas conclusiones que digamos. Comienza la famosa desescalada y gremios
parecidos, teatros, cines, espectáculos al aire libre... dos metros de separación.
La tauromaquia, nueve metros de separación
y como máximo un tercio del aforo.
Sinceramente creo que os están tomando el pelo. Eso quiero
creer, antes de creer que os da igual lo que pase. No hay espectáculo en España
que represente mas valores, más tradiciones, más sentimientos y mas entroncado
con la cultura que la tauromaquia. Y por lo visto a los políticos les da igual,
y lo que es peor, a los representantes del sector no se les ven maniobras de
defensa ante esta manifiesta manera de ignorar a un colectivo que mueve
millones al cabo del año.
Ha llegado el momento de que se nos tome en serio, que nos
hagamos oír y defendamos nuestra cultura a capa y espada, que nos dejen de
pisotear como hasta ahora. No puede ser que el aficionado que paga su entrada
para ver el espectáculo, sea también el que tenga que defender la tauromaquia.
La tauromaquia la tienen que defender los que viven de ella, ganaderos,
empresarios, toreros, banderilleros, picadores, mozos de espadas,
transportistas... y todos los que tienen en este espectáculo su modo de vida.
Reaccionar antes de que sea tarde.
Seguro, o por lo menos quiero pensar así, que los
representantes del sector están trabajando en ello, pero es tanto el secretismo
y el silencio alrededor de sus maniobras, que para el aficionado da la sensación
de dejadez. No puede ser que nos traten como al último problema en solucionar,
no puede ser que con una reunión con el ministro nos quedemos conformes, no
puede ser que el aficionado a través de sus redes sociales clamen por el
blindaje de la tauromaquia para librarlo de ataques externos, no pueden ser
tantas cosas que se están haciendo mal, o lo que es peor no se están haciendo.
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