MIGUEL ÁNGEL MÁS PERERA QUE NUNCA

Pues sí, la verdad es que han pasado cuarenta y ocho horas, y sigo pensando exactamente lo mismo, Miguel Ángel Perera vuelve a despegar; una vez más.

La tarde del otro día en Pamplona, con la corrida de toros de Fuente Ymbro, fue una lección más del torero de La Puebla del Prior, entrega, capacidad, ambición, poso, madurez, valor, temple… y con diez y nueve años como matador de toros.

Miguel Ángel Perera es un matador de toros entregado en cuerpo y alma a su profesión, no digo que el resto no lo estén, pero de Perera puedo decirlo en voz muy alta. Su única ambición es ser cada día mejor torero, tener la seguridad de hacerle al toro lo que entrena en el campo, tener el valor de “cruzar la línea” cuando las circunstancias se lo pidan, tener el temple para reducir a los animales, tener la capacidad de “disfrutar” delante de la cara de los toros, tener la frialdad de soportar con sosiego cuando las zapatillas queman…

Las tardes de invierno en el campo, los entrenamientos de los toreros, los tentaderos, las tertulias y la preparación física son situaciones más que necesarias en la vida de un torero. Vividas con intensidad, hacen que durante la temporada florezcan todas esas sensaciones vividas durante época de “descanso”. Miguel Ángel Perera vive con una intensidad absoluta todo lo relacionado con su profesión, su preparación, su mentalización, su evolución… todo lo vive como si de un principiante se tratara, con ganas e ilusión.

A Perera le “salen” las cosas, y va poniendo cada cosa en su sitio. No hay nada de casualidad, simplemente es trabajo constancia y dedicación. Miguel Ángel está en el momento óptimo de cocción, en el momento de disfrutar delante de los animales, en el momento de hacer disfrutar con su obra al aficionado, en el momento que las empresas lo contraten para carteles de categoría. Es un torero fresco y con la ambición de superarse día a día, de estar cómodo delante de los animales y consentirles lo indecible. No me confundo un ápice en decir que Miguel Ángel es más Perera que nunca. ¡Enhorabuena!