Veinticuatro horas después de ver un festejo por televisión (que sin querer pierde intensidad) y seguir acordándote de cosas, quiere decir que la tarde fue importante. Fue importante por muchos motivos; 1º por el público, respetuoso, serio, entregado al espectáculo, aficionado y sabiendo valorar en todo momento lo que estaba viendo. 2º por una terna de matadores de toros entregados a la tarde, a la plaza, a su afición y sus gustos. 3º por una imponente corrida de toros de Pedraza de Yeltes, bien presentada, grande y brava, y cumpliendo en todos los tercios con grandeza (en líneas generales).
Francia volvió a hacerlo, volvió a demostrarme que se puede cuidar el espectáculo, se puede ser serio y riguroso, pero a la vez disfrutar de lo que vives. La afición sabe lo que quiere y se respeta su opinión. Quieren ver todos los tercios y disfrutar al máximo de la lidia completa. Respeta como nadie a los ganaderos, y por supuesto a los toreros.
Pedraza de Yeltes volvió a conquistar suelo Galo, volvió a la lidia completa de sus animales sin tapujos ni medias tintas. Volvió la bravura con sus lógicas complicaciones. Pedraza tiene cartel de figura en Francia y eso no es fácil de conseguir. Una ganadería joven que ha encontrado el toro que querían sus propietarios los hermanos Uranga y su representante J. Ignacio Sánchez, un toro con movilidad, entrega, bravura y profundidad en sus embestidas, no es fácil, pero ayer de los seis lidiados en Mont de Marsan, cuatro, casi cinco, cumplieron con nota el objetivo. Dos de ellos subiendo la nota media a cotas de notable alto.
La terna de toreros, Domingo López Chaves, Alberto Lamelas y Gómez del Pilar estuvieron durante toda la tarde metidos en el espectáculo, dando lo que el público pedía y siendo muy generosos con la lidia. Una tarde que hace afición, por la capacidad, el valor y la entrega de la terna. Todos los profesionales que pisaron el ruedo de Mont de Marsan, matadores subalternos y picadores, (los del castoreño su lucieron en cinco toros) hicieron las cosas a favor de obra, a favor de la corrida, a favor del espectáculo, a favor de la fiesta. Desde aquí mando mi cerrada ovación a todos los que hicieron posible la tarde de toros vivida ayer (y vuelvo a recalcarlo; por televisión pierde intensidad), empresarios, ganaderos, toreros y sobre todo a la afición francesa, por mimar, cuidar, difundir y disfrutar como lo hacen la fiesta de los toros.
FOTOS: ANDRÉ VIARD
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