Hay relaciones en el mundo del toro bonitas, pasionales,
revueltas, confusas... y luego está la relación que mantuvieron, o mejor dicho,
siguen manteniendo el malogrado Iván Fandiño y su apoderado Néstor García.
Anoche el "maestro" de las ondas taurinas Manolo
Moles, le hizo una entrevista que desnudo el alma y los sentimientos de Néstor.
Un apoderado entregado en cuerpo y alma a su amigo, por la profesión y en el
resto de los avatares de la vida.
"Me encuentro vacio, no sé qué hacer." Fue una de
las frases de Néstor en una entrevista llena de alma, de sentimiento, de dolor,
de ausencias... una verdadera desgracia y una ausencia irreparable.
Tuve la suerte de conocer personalmente a Iván y a Néstor,
gracias a Javier Revesado y a Andrés Sánchez, y también tuve la ocasión de
comprobar de primera mano el tipo de relación entre este apoderado y este
torero, donde se forjan las cosas, donde se liman defectos, donde no hay
"caretas" ni "tapujos", en el campo en invierno. Tengo que
decir, y no puedo negarlo, que la primera vez que los vi, tenía algo de
"jinda", por la seriedad, por la novedad... todo resulto perfecto. Un
"bloque" definiría yo esta relación.
No voy a desvelar más de la entrevista que seguro muchos ya habéis
escuchado, pero para los que no, os la recomiendo, por la sinceridad, la pasión,
y como he leído en algún sitio, "a corazón abierto".
Néstor, no sé si leerás estas líneas o no, pero quiero que
sepas, a pesar que no existe el consuelo, ni tan siquiera el alivio al dolor
que sientes en lo más profundo de tu alma, que tu trabajo al lado de Fandiño,
con fallos y aciertos, con éxitos y fracasos, con gloria y dolor... lo hiciste
desde la amistad más profunda y el respeto a la profesión. Iván volvería a
escogerte de apoderado, estoy convencido.
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