Gran final de los Corpus en Ledesma con una buena corrida de
la ganadería salmantina de Hermanos García Jiménez que dieron muchas
facilidades para el triunfo de la terna.
Plaza de toros de Ledesma con tres cuartos de aforo
cubiertos se lidio una corrida de toros de la ganadería salmantina de Hermanos García
Jiménez, desigual de presentación (tres y tres) y de buen juego en líneas
generales, destacando la bravura entrega
y humillación del lidiado en quinto lugar, premiado con la vuelta al ruedo.
Tarde calurosa y entoldada.
Domingo López Chaves, de verde hoja y oro; oreja y oreja.
Alejandro Talavante, de azul pavo y oro; oreja y dos orejas.
José Garrido, de azul agua y plata; oreja y oreja.
La terna abandono el coso ledesmino en hombros de los
aficionados.
Ya había tenido el privilegio de ver a López Chaves en el
campo, y la verdad es que lo vi como en sus mejores épocas. Ayer delante del
toro me ratifico lo que pensaba. Años de experiencia, poso, técnica y aliviado
de presión lo que le hace estar delante de la cara de los animales con soltura
y sin "atragantones". Un
torero con años de alternativa y pocos contratos, al que me gustaría ver veinte
tardes seguidas; a más de uno sorprendería el momento que atraviesa. Su faena
al cuarto de la tarde fue con gusto, temple y largura en el trazo malograda con
el mal uso de la espada, lo que dejo el premio en una oreja.
Alejandro Talavante disfruto en Ledesma e hizo disfrutar a
los presentes. Figura indiscutible del toreo, con una facilidad innata delante
de la cara del toro. Improvisación, gusto y armonía fueron las notas características
de sus dos faenas. Tres orejas cortadas fueron el premio para el torero
extremeño.
José Garrido topo con el lote menos propicio para
interpretar su toreo de manos bajas, encajado y profundo. Esto no fue óbice
para que Garrido interpretara con fases de gran gusto el toreo que lleva dentro.
Su primero fue el más sosito de la tarde y su segundo el mas bruto, al que consintió
hasta meterlo en la canasta.
Un gran broche para cerrar los corpus ledesminos con los
tres toreros a hombros y con el regusto de haber visto toros con embestidas
buenas boyantes y por abajo. La pena es el no haber colgado el cartel de no hay
billetes ninguno de los dos días, con dos carteles del bien confeccionados y
del gusto para el aficionado. Y lo peor es que ni ayer ni hoy, nadie se acordó del mayoral.
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