El toreo charro parece que vuelve a estar de enhorabuena. Vuelve
a sonar en las ferias y la gente vuelve a hablar de Salamanca en los corrillos
taurinos. Dos toreros de Salamanca se vuelven a apuntar a las ferias Javier
Castaño y Eduardo Gallo.
Javier Castaño ha resurgido
de sus cenizas, un torero con diez años de alternativa que a base de tesón,
esfuerzo, constancia, pero sobre todo afición ha sabido reponerse a las
adversidades de la profesión y colocarse en el sitio que él sabia que era suyo.
Muchos años se ha tirado en casa sin que sonara el teléfono ni para tomar un café,
y desde Zaragoza en el 2011 no lo dejan ni a sol ni a sombra. La campaña pasada
toreo en todas las ferias realizando una de las temporadas más redondas de su
carrera. Fue el pasado año, el de demostrar lo que lleva dentro, valor técnica
y temple, son sus armas que las utiliza con las corridas denominadas duras, que
son las que le han abierto el hueco que necesitaba en las ferias para entrar de
cabeza, y agarrarse a su sitio con uñas y dientes. Este año será el de la confirmación
de todo lo ocurrido el año pasado, el de demostrar que no es flor de un día,
que le ha costado mucho estar donde esta, y que no esta dispuesto a bajarse del
tren. Cualidades y valor tiene, acompañados del poso de la joven veteranía, un
poco de suerte y la brisa del Castaño la sentirán en todas las ferias.
Eduardo Gallo paso de ser el referente del toreo de la
ciudad, a no querer saber nada nadie de el. En esta como en otras muchas
profesiones pasa esto, cuando triunfas tienes amigos y seguidores como churros,
cuando las cosas no ruedan parece que se esconden debajo de las piedras. Todos
los toreros pasan baches, y Gallo ya paso el suyo. Después de una larga
temporada americana, este torero no le ha perdido la cara al toro durante el
invierno, que es lo que le hacia perder un poco el rumbo. Este año esta como un
reloj Suizo. Toda su maquinaria funciona a la perfección y por si eso fuera
poco, Castellón, Valencia, Sevilla y Madrid le esperan para tomarle el pulso.
Dos toreros distintos en su concepto, dos toreros distintos
en su trayectoria, dos toreros que han conseguido volver a ilusionar al
aficionado, dos toreros que vuelven a llevar el nombre de Salamanca a las
ferias. Dos tíos que no se van a dejar ganar la pelea. Castaño y Gallo, Gallo y
Castaño, ¡Que Dios reparta suerte! El resto lo ponéis vosotros.
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