Eduardo Gallo ha recuperado con la gran actuación del domingo en Las Ventas gran parte del terreno perdido estos últimos años. Su forma de afrontar la tarde, con la responsabilidad de quien quiere coger de nuevo la senda de las ferias de postín, es la que se echaba de menos en anteriores comparecencias. Eduardo apostó por sus toros y ganó la partida, su toreo es de muchos quilates y había que demostrarlo en estos momentos decisivos de su carrera. Sus dos faenas han sido un chorro de luz y un antes y un después en su carrera. Atrás deben quedar los malos momentos, sólo queda apender de los errores y volver a sentirse torero cada tarde. El invierno en México parece haber servido para reflexionar y coger la forma con el fin de aprovechar de verdad las oportunidades que le brinden.
Todos sabemos de su enorme calidad y torería pero faltaba que él mismo creyera en sus posibilidades. Dos vueltas al ruedo, un premio devaluado en otras plazas pero que en Las Ventas se convierten en dos trofeos de nivel. Las crónicas dicen que el presidente no estuvo a la altura y negó al torero salmantino la friolera de dos orejas que le hubieran permitido salir en hombros en la primera de la temporada. Seguro que el escaso público fue determinante en la decisión de Muñoz Infante, injusta por otra parte ya que con mayoría de pañuelos debe conceder el trofeo al matador. No cabe otra posibilidad.
Me alegro mucho por ello; enhorabuena al torero y ahora más que nunca los pies en la tierra (que no se lo crea, que delante del toro ya conocemos su firmeza)Siendo el mismo torero (para mi de los de más temple,incluido figuras, además de clase y mucho valor), ha cambiado su actitud y sobre todo la madurez necesaria para estructurar bien las faenas (planteamiento, nudo y desenlace). Enhorabuena al blog, por apostar por los toreros salmantinos.Y desde aquí le digo al torero que ese es el camin.o y no otro
ResponderEliminarMuchas gracias, en este blog se apuesta por los toreros salmantinos, y por todo aquel que merezca la pena.
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