Manuel Diosleguarde dio un golpe de autoridad en la plaza de
toros de Zamora, proclamándose el triunfador numérico en un festejo
entretenido, compartiendo la puerta grande con un entregado Borja Jiménez.
Plaza de toros de
Zamora. Tres cuartos
de aforo cubierto en tarde soleado y de temperatura asfixiante. Toros de la ganadería
salmantina de “El Pilar”, desiguales
de presentación y juego. 1º Noble y de gran calidad. 2º Noble, lastimado de una
mano. 3ºDe gran clase y entrega. 4º Noble con poca profundidad. 5º de gran condición,
noble, con recorrido y entrega. 6º Distraído y sin entrega.
Emilio de Justo de blanco y azabache; dos pinchazos
y estocada: Silencio. Medio espadazo defectuoso y estocada; Saludos desde el
tercio.
Borja Jiménez de grosella y azabache; Pinchazo al
encuentro y estocada: Silencio. Estocada; Dos orejas.
Manuel Diosleguarde de sangre de toro y oro; Estocada:
Dos orejas. Pinchazo y estocada; Oreja.
La terna trenzo el paseíllo desmonterados, los tres se
presentaban en Zamora. Al finalizar el paseíllo sonó el Himno Nacional. Saludo
montera en mano Elías Martín tras
parear al tercero de la tarde. Borja Jiménez
y Manuel Diosleguarde salieron a
hombros por la puerta grande. El festejo comenzó con mucho retraso sobre la
hora anunciada, por la gran cantidad de público que todavía estaba en la calle.
Una plaza de toros es lo único que guardaba la puntualidad en esta sociedad
llena de prisas. No lo fastidiéis, el que no llegue a la hora que no entre
hasta el siguiente toro; no hay más.
Emilio de Justo no tuvo su tarde con los aceros,
algo noticiable siendo un gran ejecutor de la suerte suprema, pero ayer en
Zamora se le atragantó. Su primer trasteo estuvo lleno de momentos bellos y
entregados del torero de Torrejoncillo, llegando el momento más alto de la
faena con la mano izquierda, donde interpretó naturales llenos de cadencia y
relajo. En su segundo realizó un trasteo más irregular, con momentos de gran
temple, largura de muletazo y entrega. Otra vez la espada se llevó el premio.
Borja Jiménez trato de solventar la incapacidad de
su primer toro, con entrega y arrebato, aunque faltó rotundidad por la lesión de
su primer toro en la mano derecha. Con su segundo realizó un trasteo vibrante,
entregado y profundo. Faena completa y maciza ante un gran toro de “El Pilar”
al que el presidente premio con la vuelta al ruedo cuando ya desaparecía por la
puerta de arrastre.
Manuel Diosleguarde se destapó en Zamora. Llegaba un
poco como “el tapadillo” de la terna, el menos conocido y el menos toreado de
los tres, pero a la postre se alzó como triunfador de la tarde a base de
entrega, corazón, cabeza y valor. Su primer toro le facilitó una faena llena de
entrega, con muletazos mandones, largos y poderosos, en una faena de gran nivel
y contundencia. Su segundo, le permitió demostrar el gran valor que posee el
torero salmantino. Un toro parado y distraído al que Diosleguarde puso todo
para rematar su triunfo en la plaza de toros zamorana.
Una gran tarde de toros en la que el público presente (gran
entrada) disfrutó de una terna nueva en esta plaza que, sin duda, repetirán en próximas
ocasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario